CANAL MOTOR - POLARIS SLINGSHOT SL
Polaris Slingshot SL, diversión sin límites
El Polaris Slingshot SL y sus tres ruedas son un pasaporte directo a la diversión. No es un juguete pero tiene todos los ingredientes para disfrutar
Sergi Mejías
"¿Qué es eso?", "El coche de Batman", "no, es ....". Nadie se queda impasible ante el Polaris Slingshot SL. De concepto radical y estética atrevida, ante todo es un vehículo divertido como pocos.
La imagen es impactante y no es apto para tímidos, con él es imposible pasar desapercibido. Se vaya por donde se vaya siempre atrae las miradas de todo el mundo.
Estéticamente por delante puede recordar al KTM X-Bow y por detrás el colín a gran escala de la Aprilia RSV4. Pero a nadie se le ha pasado por alto que es biplaza y no tiene ni techo ni puertas.
Una vez a bordo, el habitáculo del Polaris Slingshot es espacioso para las dos plazas. Como no se puede tapar, los materiales de los asientos y salpicadero son resistentes al agua por si nos pilla la lluvia.
La capacidad de carga queda limitada a una guantera y dos compartimentos situados detrás de cada asiento y que se cierran con llave. La capacidad de cada uno da como para guardar un casco o una pequeña bolsa de viaje.
Un detalle del equipamiento es la pantalla multifunción del salpicadero con toma de USB y Bluetooth, y la cámara de visión trasera que se activa al poner la marcha atrás y nos facilita las maniobras a la hora de aparcar.
Una vez pulsamos el botón de arranque, el Slingshot SL nos transportará a un mundo de sensaciones. El motor, de origen Opel, suena ronco y potente. Será poner primera y soltar el pedal del embrague para empezar a disfrutar de lo lindo, porque se lleva como si fuera un kart, muy pegados al suelo y con la dirección precisa.
Por ciudad, al principio, da impresión circular tan bajo en un vehículo sin puertas y rodeado de coches y autobuses. Además que la gente no para de mirar y sacar sus teléfonos inteligentes para hacer una foto.
El Slingshot SL es rápido en el cambio de dirección y con una buena estabilidad como pudimos comprobar en una carretera virada. El control de tracción, desconectable, es algo permisivo y deja que la rueda trasera se deslice un poco y lo convierte en un triciclo muy juguetón.
Si se va a circular por vías rápidas y cuando se vaya a disfrutar 'con alegría' se recomienda el uso del casco por confort ya que a alta velocidad la rumurosidad resulta elevada.
Con todo, el precio se sitúa en 33.900 euros. si es caro o barato lo decidirá la economía de cada uno aunque divertido es un rato largo.
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