México 1986: España pasó de la euforia de Querétaro a la decepción de Puebla

Butragueño marcó cuatro goles ante Dinamarca y Eloy falló el penalti que provocó la eliminación frente a Bélgica

El gol no válido de Míchel contra Brasil y el positivo de Calderé en un control antidóping también fueron protagonistas

Emilio Butragueño se consagró a nivel mundial con sus cuatro goles ante Dinamarca

Emilio Butragueño se consagró a nivel mundial con sus cuatro goles ante Dinamarca / GETTY IMAGES

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

La selección española vivió una montaña rusa de emociones a lo largo del Mundial de México’86. El relato de los sucedido durante la concentración previa, marcada por los problemas gastrointestinales que afectaron a varios jugadores, y a lo largo del torneo podría llenar numerosas páginas, aunque todo acabó de golpe y porrazo el 22 de junio en una tanda de penaltis que dejó a España fuera en los cuartos de final. La suerte tampoco acompañó esta vez a la Roja, pese a que protagonizó uno de las victorias más sonadas y brillantes de su historia al tumbar por 1-5 en Querétaro a una de las grandes favoritas, Dinamarca, en los octavos de final tras una exhibición goleadora del madridista Emilio Butragueño, que firmó cuatro goles.

España vivió un carrusel de emociones durante las tres semanas que permaneció vivo en el torneo. En la primera fase resolvió con relativa solvencia la clasificación, pese a que le tocó lidiar en su grupo con la siempre potente Brasil, Irlanda del Norte y Argelia.

El equipo de Miguel Muñoz cayó en el primer encuentro ante la ‘canarinha’ por un ajustado 0-1, que firmó el gran Sócrates. Pero la jugada que pasó a la historia fue el gol marcado por Míchel con 0-0 que no subió al marcador porque así lo decidió el colegiado australiano Chris Bambridge. El centrocampista madridista controló un balón con el pecho tras un rechace en un córner y soltó un potente disparo con la derecha que se estrelló en el larguero y posteriormente botó dentro de la portería, aunque ni el árbitro ni sus asistentes lo vieron para desesperación de los españoles. España se sobrepuso a la decepción y resolvió con victoria sus otros dos compromisos ante Irlanda del Norte (1-2) y Argelia (0-3).

DESMELENE

En octavos de final la Roja se cruzó con Dinamarca, que había ganado sus tres primeros partidos ante Alemania, Uruguay y Escocia. Jesper Olsen abrió el marcador de penalti, pero poco antes del descanso Butragueño interceptó un pase de la zaga danesa y logró el empate. En la segunda parte España se desmelenó con otros tres goles del delantero blanco y otro de Goikoetxea de penalti que dejaron el 1-5 en el marcador.

De la euforia se pasó cuatro días después a la decepción tras caer ante Bélgica en cuartos en una tanda de penaltis que también entró en la historia negra de la selección. España tuvo que ir a remolque tras un gol inicial de Ceulemans (35’), aunque cinco minutos antes del final Señor igualó la contienda. El partido se resolvió en una tanda fatídica en la que solo se registró un fallo, el de Eloy en el tercer lanzamiento.

La otra anécdota del torneo la protagonizó el blaugrana Calderé, que dio positivo en un control antidóping tras la victoria ante Irlanda del Norte. El centrocampista había estado ingresado en un hospital por culpa de una neumonía, y allí los médicos le recetaron un jarabe que provocó el positivo. El incidente se saldó con una multa para los servicios médicos de la selección y para el jugador, que pudo seguir jugando.