Italia 1934: España fue apeada con escándalo

El combinado español cayó en cuartos de final, después de eliminar a Brasil y perder un desempate contra Italia

Ventolrà, Zamora, Quincoces, Iraragorri y Lángara, algunos de los ases hispanos que debutaron en el Mundial

Cuatro defensores españoles frenan un remate de un delantero brasileño en el España-Brasil (3-1) de octavos de final del Mundial 1934

Cuatro defensores españoles frenan un remate de un delantero brasileño en el España-Brasil (3-1) de octavos de final del Mundial 1934 / GETTY IMAGES

David Salinas

David Salinas

La selección española de fútbol debutó en una fase final del Mundial en Italia 1934, el segundo de la historia y primero celebrado en Europa. El combinado hispano superó la primera ronda, pero cayó en cuartos de final contra el combinado anfitrión después de un partido de desempate. Los arbitrajes fuero decisivos para que el potente conjunto dirigido por Amadeo García de Salazar no llegara más lejos.

España se clasificó para el Mundial de 1934 después de superar a Portugal en una eliminatoria a doble partido: 9-1 en Chamartín y 1-2 en el estadio Do Lumiar de Lisboa. El debut en la fase final tuvo lugar el 27 de mayo en el Luigi Ferraris de Génova, con victoria sobre Brasil por 3-1 con dianas de Iraragorri (2) y Lángara. El gol de la ‘canarinha’ lo firmó Leónidas.

En cuartos de final el cruce fue con Italia, selección que contaba con jugadores argentinos nacionalizados y tenía la ‘obligación’ de conquistar la competición para encumbrar al régimen fascista desde la vertiente deportiva. Se dice que así se lo transmitió el dictador Benito Mussolini a los organizadores: “Caballeros, hay que ganar. Es una orden”.

Violencia

El 31 de mayo se jugó el Italia-España en el estadio Giovanni Berta de Florencia. El partido, en el que la violencia permitida por el árbitro belga Louis Baert fue la gran protagonista, finalizó con empate a uno, goles de Regueiro (30’) y Ferrari (44’). El marcador no se movió en la prórroga y la eliminatoria tuvo que resolverse con un partido de desempate.

Al día siguiente, 1 de junio, en el mismo escenario, Italia doblegó a España con un tempranero gol de Meazza en el minuto 11. El equipo local pudo alinear a casi todos sus titulares y España tuvo que prescindir de siete, todos con problemas físicos. Además, en los inicios del duelo, Bosch se lesionó y, como no había cambios, los españoles jugaron en inferioridad numérica hasta el final.

El equipo de García de Salazar volvió a sufrir un arbitraje parcial y descarado, ahora por parte del suizo René Mercet, que anuló dos goles a España y fue sancionado por su propia federación. Pese a la eliminación por malas artes, España se llevó una gran ovación del público y el equipo fue recibido con todos los honores a su llegada a la Península.

Italia, campeona del mundo

Italia llegó a la final y la ganó derrotando a Checoslovaquia (2-1) en la prórroga en otro partido marcado por la violencia. Mussolini, en el palco, vio cumplida su orden cuando el presidente de la FIFA, Jules Rimet, entregó el trofeo a Combi, el capitán italiano y uno de los argentinos (había jugado el Mundial de 1930) nacionalizados.

Solo las malas artes futbolísticas y arbitrales impidieron que España, con jugadores de gran talento como Ventolrà (FC Barcelona), Bosch (Espanyol), Gorostiza, Iraragorri y Lafuente (Athletic), Quincoces, Zamora y Regueiro (Real Madrid), Lángara (Oviedo) o Campanal (Sevilla), llegara más lejos en su debut mundialista.