Historia SPORT

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España 1982: La selección sucumbió a la presión en 'su' Mundial

España jugó un torneo mediocre y acabó en el duodécimo puesto, la peor clasificación de una anfitriona hasta la fecha

'El Corte Inglés' había previsto un premio para el mejor jugador de la selección: quedó desierto

Camacho, en el partido ante Inglaterra

Camacho, en el partido ante Inglaterra / Getty

Javier Giraldo

Javier Giraldo

En 1964, España obtuvo la luz verde de la FIFA para organizar el Mundial de 1982: sería el primer Mundial con 24 equipos, en lugar de 16 como era costumbre, y por primera vez en la historia del torneo, con representación de los cinco continentes.

El Mundial se disputó en 17 estadios de 14 ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Vigo, La Coruña, Oviedo, Gijón, Bilbao, Valladolid, Zaragoza, Valencia, Alicante, Elche, Sevilla y Málaga. El único estadio que se construyó expresamente para el torneo fue el Nuevo José Zorrilla de Valladolid.

España organizó su primer gran torneo deportivo internacional en plena transición y con el terrorismo de ETA muy presente (los jugadores de la selección estuvieron escoltados en todo momento). Apenas tres meses después de la finalización del Mundial, el PSOE de Felipe González ganaría las elecciones.

En medio de esta situación, la selección española se presentó al Mundial como una de las favoritas al título, gracias a su condición de anfitriona. Estaba dirigida por José Emilio Santamaría, uruguayo de nacimiento (de padres gallegos) y ex jugador del Real Madrid. Como anfitriona, España no tuvo que jugar fase de clasificación: disputó 19 amistosos –nueve victorias, seis empates y cuatro derrotas

En la lista de convocados había una notable presencia de jugadores de la Real Sociedad, el equipo que había ganado las Ligas de 1981 y 1982: como porteros acudieron Arconada, Miguel Ángel y Urruti; como defensas Urkiaga, Camacho, Tendillo, Alexanko, Jiménez, Maceda y Gordillo; en el centro del campo Periko Alonso, Joaquín, Zamora, Saura, ‘Tente’ Sánchez y Gallego y como delanteros Juanito, Satrústegui, Santillana, Quini, Uralde y López Ufarte. 

Un grupo asequible pero envenenado

España quedó encuadrada en un grupo teóricamente asequible, junto a Yugoslavia, Irlanda del Norte y Honduras. Jugaría sus partidos en el estadio del Valencia, entonces llamado Luis Casanova. 

La selección debuta ante Honduras el 16 de junio, pero el equipo juega un partido horrible y no pasa del empate, y gracias a un penalti a favor más que dudoso, transformado por López Ufarte: 1-1. 

Cuatro días después, España se mide a Yugoslavia. Se adelantan los balcánicos en el minuto 10, y entonces aparece el árbitro, el danés Lund Sorensen, para echar una mano a España. Pita un penalti inexistente a favor de España: lo tira López Ufarte, pero lo falla y el árbitro manda repetir. Juanito lo transforma. Un gol de Saura en el 66’ salva a España del bochorno: 2-1.

Un ambiente extraño

El ambiente en el entorno de la selección se empieza a enrarecer: la prensa de Madrid reclama más presencia de sus jugadores y pone en duda el compromiso de los futbolistas de la Real, desde Valencia reclaman la titularidad de Saura, etc.

España juega su tercer partido ante Irlanda del Norte, el 25 de junio, sabiendo que incluso una derrota por la mínima le permite clasificarse para la siguiente ronda, que será ya un grupo de tres. Y así sucede: España vuelve a jugar mal y pierde (0-1). La derrota envía a la selección a un grupo temible, junto a Alemania e Inglaterra. Solo el ganador del grupo seguía vivo, avanzando a semifinales.

Eliminados en el Bernabéu

España juega en el Bernabéu sus dos últimos partidos: pierde 1-2 ante Alemania y cuando salta al césped para medirse a Inglaterra, el 5 de julio, ya está eliminada. El epílogo es triste; un empate sin goles ante los ingleses. Alemania gana el grupo y pasa a semifinales. 

La selección cerró su propio Mundial envuelta en un halo de decepción. La preparación previa había sido mal planificada (primero, unos días en La Molina y más tarde, en El Saler), el ambiente no era el idóneo y el equipo no supo lidiar con la presión. España acabó en el puesto 12º, la peor clasificación de un equipo anfitrión hasta la fecha. Santamaría sería relevado por Miguel Muñoz. 

‘El Corte Inglés’ había previsto un premio para el mejor jugador español en el Mundial, que se entregaría en función de los votos de los periodistas especializados. El premio quedó desierto.