Así vivió el vestuario de la Roja el agónico desenlace del grupo

"Lo pasamos muy mal", confesaron los jugadores, aunque matizaron que "esto nos hará más fuertes"

Los jugadores de España saludan a la afición al término del partido ante Japón

Doha (Qatar), 01/12/2022.- Players of Spain applaud fans after the FIFA World Cup 2022 group E soccer match between Japan and Spain at Khalifa International Stadium in Doha, Qatar, 01 December 2022. (Mundial de Fútbol, Japón, España, Catar) EFE/EPA/Ali Haider / Ali Haider

España vivió un desenlace agónico de su grupo para acceder a los octavos de final del Mundial de Qatar 2022. Al descanso ante Japón todo parecía encarrilado. Victoria y partido cómodo. Además, Alemania ganaba al descanso frente a Costa Rica. Todo indicaba que la Roja se clasificaría como primera con tranqulidad, pero en las segundas partes de los encuentros se desató la tormenta.

Japón remontó y Costa Rica hizo lo propio. España en el minuto 70 estaba fuera del Mundial. Los jugadores, tanto en el campo como en el banquillo, lo sabían porque se anunciaban las novedades en los videomarcadores y la mayoría de aficionados japoneses vitoreaban la nueva clasificación.

Los jugadores españoles se bloquearon y confesaron tras el partido que vivieron momentos de agustia. "Lo hemos pasado muy mal", confesaron en la caseta. Fueron tres minutos de eliminación antes del empate germano, pero en realidad resultaron 15 minutos de tensión absoluta hasta que Alemania marcó el tecero.

"Estábamos sufriendo mucho, nos temíamos lo peor", confesó uno de los futbolistas que estaba en el banquillo. España no podía con Japón y el partido de Costa Rica estaba en el alambre.

La liberación llegó con los dos tantos de Alemania. Desde el banquillo transmitieron tranquilidad a los compañeros. Koke, el tercer capitán, se levantó para informar de que la clasificación estaba hecha.

Nada que celebrar

El tiempo de descuento fue más plácido, aunque con una sensación extraña tanto en el campo como en el banco. El partido de España acabó antes que el de los alemanes y los jugadores se quedaron el césped esperando el resultado final.

Cuando se conoció la clasificación no hubo ni un señal de euforia. Solo alivio y todos se marcharon sin celebrar nada. Sabían que habían jugado con fuego y estaban clasificados por los pelos.

Con el paso del tiempo y, tras pasar por la ducha, incluso ya se hizo alguna lectura: "Esto nos hará más fuerte", se escuchó en el seno del equipo.

El optimismo crecerá con el paso de los días y Luis Enrique se encargará de cargar las baterías de los jugadores. No hay tiempo para lamentos y el martes toca medirse a Marruecos en los octavos de final con el objetivo de seguir avanzando y llegar a disputar los siete partidos de la competición, que es el objetivo marcado.