El lío de 'cuernos' en Bélgica: ahora sí son 'diablos'

La mala dinámica de los belgas en el Mundial ha destapado un evidente malestar en el seno del vestuario

En el último rifirrafe tuvo que intervenir Lukaku para que no pasara a más

Bélgica - Marruecos: La cantada de Courtois

Courtois estuvo desafortunado en el primer tanto de Marruecos. Sabiri fue el encargado de abrir el marcador / SPORT TV

Rolando Arias

Rolando Arias

Bélgica vive un momento de alta tensión. El mal juego de los 'Diablos Rojos' en su primer partido en el Mundial de Qatar 2022 contra Canadá, que a pesar de todo se saldó con victoria belga por la mínima (1-0), fue solo una pincelada de la crisis que atraviesa el equipo. Y no solo deportiva, confirmada ya con la derrota contra Marruecos (2-0), sino en el propio corazón de la selección. La generación de oro del fútbol belga se desmorona desde dentro por temas extradeportivos.

El rotativo francés L’Equipe informó de la última controversia en el seno del equipo: jugadores y cuerpo técnico mantuvieron una reunión en la que nadie se guardó nada y se reprocharon diferentes problemas. La revista gala detalló que Romelu Lukaku intentó fungir como mediador, pero que la situación ya era insalvable y de poco sirvió. El delantero del Inter hasta tuvo que intervenir en una aparente discusión entre Vertonghen, De Bruyne y Eden Hazard.

Si se quiere entender cuándo Bélgica abrió su 'caja de Pandora' particular hay que mirar hacia atrás. El medio belga RTL explicó que, en la actualidad, Kevin De Bruyne y Thibaut Courtois no se hablan y no tienen contacto alguno desde hace años; nueve, en concreto. Todo se originó en 2013, cuando la entonces novia del mediocampista del Manchester City, Caroline Lijnen, viajó a Madrid y quedó con el que era guardameta del Atlético de Madrid, Courtois. El encuentro entre el portero y Lijnen subió de intensidad y la infidelidad pertinente provocó una rotura total de la relación entre el portero y De Bruyne. A partir de ese momento, el mal ambiente no dejó de aumentar en el equipo.

Evidente tensión en el seno del equipo

Casi una década de crispación han dinamitado a la selección belga en la Copa del Mundo. Las declaraciones previas de De Bruyne y la respuesta tajante de Jan Vertonghen fueron solo un capítulo más de la autodestrucción de la generación dorada belga. El jugador del City reconoció que "no tenían ninguna opción de ganar la Copa del Mundo porque eran demasiado viejos", a lo que el defensor del Anderlecht respondió que supone que "el equipo ataca mal porque también son demasiado viejos delante".

Como era de suponer, los jugadores belgas han quitado peso a los conflictos. "No ha habido gran cosa, todo lo que se dice se ha exagerado. Hemos tenido una reunión ayer y hemos hablado de muchos temas", declaró Hazard sobre la pelea que tuvo que parar Lukaku. Thibaut Courtois también quiso añadir su versión: "Se contó una historia que no existía. Por supuesto, todos estábamos decepcionados, pero nadie se gritó el uno al otro. Es una locura pensar eso. Dentro trabaja mucha gente a parte de los jugadores, puede que alguien dijera algo. No tenemos la necesidad de buscar a quien haya filtrado algo. Eso sí, si le encontramos, será su último día en el equipo", amenazó el portero.

Lo cierto es que el futuro de Bélgica en el Mundial pende de un hilo. Se lo jugarán todo en un duelo a muerte con Croacia. Será en la cancha del Estadio Áhmad bin Ali de Rayán donde los futbolistas de los 'Diablos Rojos' deberán demostrar que son un equipo y desmentir las informaciones de los medios belgas y franceses. Eso sí, los resultados previos del equipo, su mala dinámica y las evidentes polémicas no dan mucha esperanza.