MUNDIAL MÉXICO 1970

El Mundial perfecto del mejor Brasil

La canarinha logra su tercer título con un juego espectacular

Josep Coves

La imagen de Pelé, sin camiseta y paseado a hombros por sus compañeros, simboliza el triunfo de la magia en México 1970. Este Mundial ha pasado a la historia por el gran nivel futbolístico exhibido por Brasil, una selección que rozó la perfección con una nómina de estrellas que encabezaba Pelé y en la que Gerson, Rivelino, Tostao, Jairzinho y Carlos Alberto no le iban a la zaga. El éxito de un equipo coral que no se hubiera entendido sin la solidaridad de Brito, Piazza y Cloroaldo ni las subidas por las bandas de los laterales Carlos Alberto y Everaldo.

Sin haber brillado especialmente en el Santos, convertido en algo así una atracción de feria durante las giras de su equipo, Pelé llegó a México con dos títulos mundiales a sus espaldas y, a sus 29 años, con el anuncio de que esa iba a ser su última participación. ‘O Rei’ guió otra vez al éxito a una seleçao en la que ya no estaba Garrincha pero en la que era posible combinar espectacularidad y eficacia. “Debería estar prohibido jugar un fútbol tan bello”, escribió el enviado especial de un diario inglés tras la victoria de Brasil sobre el equipo de los Three Lions.

A diferencia de los dos anteriores Mundiales, en México’70 la violencia brilló por su ausencia. Fue la primera vez que se contemplaban sustituciones durante los partidos y también el estreno de las tarjetas amarillas y rojas. Sin embargo no hubo un solo expulsado, lo que contribuyó a que se viese un altísimo nivel de fútbol. Una de las jugadas más recordadas es el ‘no gol’ de Pelé a Checoslovaquia cuando el ‘10’ de Brasil intentó sorprender al meta Viktor con una parábola desde medio campo, así como el tanto de Carlos Alberto en la final contra Italia (4-1) no tanto por el remate en sí sino por la jugada que precedió a su disparo.

Antes del gol del lateral derecho, Pelé, Gerson y Jairzinho anotaron también para Brasil en una final que representó el mejor colofón posible para una selección que durante toda la competición jugó a ritmo de samba. Pelé, Gerson, Rivelino, Carlos Alberto, Piazza, Clodoaldo y Jairzinho, el único futbolista que ha marcado en todos los partidos de un Mundial, formaron parte del once ideal del torneo, lo que da a entender la dimensión del juego desarrollado por los hombres de Mario Zagallo.