MUNDIAL 1930

Uruguay 1930, un estreno por invitación

Uruguay organiza la primera Copa del Mundo marcada por las renuncias europeas

Josep Coves

Desde su fundación en 1904, la FIFA trató de impulsar la creación de un torneo a nivel mundial. No lo consiguió hasta 1930, aunque sí logró que el COI incorporara en 1906 el fútbol a su carta olímpica, de tal suerte que antes de que Uruguay celebrara el primer Mundial ya existía un torneo intercontinental de selecciones. Eso sí, de carácter auténticamente amateur.

El francés Jules Rimet, que era el presidente de la FIFA, fue el impulsor de la primera Copa del Mundo. Seis países presentaron su candidatura: Italia, Hungría, Holanda, España, Suecia y Uruguay. La insistencia de Rimet por llevar el torneo a Sudamérica convirtió a ese país en el primer organizador de la Copa del Mundo, evento que coincidía con la conmemoración del centenario de la constitución uruguaya. El de Uruguay es el único Mundial que no contó con una fase previa de clasificación; los equipos participantes (13 en total) fueron invitados por la FIFA.

Solo participaron cuatro selecciones europeas: Bélgica, Francia, Rumanía y Yugoslavia. Francia acabó cediendo a las presiones de Jules Rimet pero viajó sin su gran estrella, Manuel Anatol, ni su entrenador, Gaston Berrau, y Bélgica acabó tomando parte en el torneo por la insistencia del vicepresidente de la FIFA, Rudolf Seedrayers. Así solo rumanos y yugoslavos acudieron por voluntad propia. El resto de selecciones europeas declinaron la invitación. Alegaron el elevado coste que suponía viajar a través del Atlántico y la crisis económica que azotaba el continente, que aún padecía las consecuencias de la Guerra Mundial.

Uruguay 1930 vivió una presencia masiva de selecciones sudamericanas (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú además del anfitrión), como nunca más ha tenido la competición, además de Estados Unidos y México y de las cuatro selecciones europeas ya reseñadas: Bélgica, Francia, Rumanía y Yugoslavia. La final la protagonizaron Uruguay y Argentina, escenificando el clásico de La Plata, con victoria de los anfitriones por 4-2. Los uruguayos, además, habían ganado la medalla de oro en los dos Juegos Olímpicos anteriores, París 1924 y Amsterdam 1928.