De España 82 a 2022: Que 40 años no es nada

Así ha cambiado el coste de la vida desde la Copa del Mundo de 1982 hasta nuestros días

El euro no existía en aquella época, en la que en España aún se pagaba con pesetas

Así han evolucionado algunos precios desde el Mundial de España 82

Así han evolucionado algunos precios desde el Mundial de España 82 / MARC CREUS

Lluís Payarols

Lluís Payarols

Dos reyes, tres papas, seis presidentes del gobierno de España, siete presidentes de los EE.UU... desde

la Copa del Mundo de España 82

hasta la actualidad, muchas cosas han cambiado. Una de ellas, el sistema monetario de este país. En 1982 todo se pagaba en pesetas. El siglo XXI es sinónimo de euros.

Y no solo se ha renovado la moneda, sino también la forma de pagar. En aquel año 82, el dinero en metálico era casi religión. Quienes querían obtener entradas para ver los partidos de la Copa del Mundo tenían que hacer la correspondiente cola en la taquilla. Actualmente, las monedas y billetes empiezan a desparecer, ganando la partida el dinero de plástico -las tarjetas de crédito- y sistemas como Bizum, que permiten pagar a través de los móviles. Las entradas se pueden comprar por diferentes canales e incluso no hace falta que estén impresas. Con un código QR o uno de barras puede valer.

En esta comparativa aparecen curiosidades. Una de ellas es que un billete sencillo de Metro en Barcelona costaba lo mismo en aquel año del Mundial que adquirir el SPORT del día. Por seis duros -un duro equivalía a cinco pesetas- se podía leer la actualidad deportiva del día o bien viajar en una de las cuatro líneas que existían entonces, ya que la 2 aún era un proyecto. 40 años después, el precio del transporte público duplica al de la prensa deportiva, si bien hay -como también en aquella época- diferentes títulos multiviaje que lo abaratan.

De carnet a carnet

¿Recuerdan lo que costaba ser socio de su club hace 40 años? Si lo eran del Barça, en 1982 pagaban por la cuota anual 4.400 pesetas. Hoy serían 26 euros y 44 céntimos. Por cierto, los socios podían pagar esta cuota o fraccionarla en cuatro trimestrales, abonando entonces 1.100 'pelas' por cada una de ellas. Físicamente, el carnet solía acabar como un queso gruyère, ya que cada vez que se accedía al recinto, el portero de turno agujereaba la casilla correspondiente. Cuantos más agujeros, más fidelidad. Se podía acceder a las gradas de General de pie en casi todos los partidos, excepto los de Copa y los de torneos europeos. Actualmente, además del carnet -cuya cuota anual es de 195 euros- se necesita estar abonado a una localidad para ver los partidos de todas las competiciones.

Si un litro de leche entera o uno de gasolina vale ahora casi cuatro veces más, llama la atención lo que ha cambiado el mundo de los cromos. Entonces solían ser aún de cartón, aunque había algunas iniciativas de cromos adhesivos. El sobre de los dedicados a la Primera División iba en aquel momento a cinco pesetas -un duro, ¿recuerdan?- o, al cambio actual, 3 céntimos de euro. Ahora cuesta 0.80 euros y siguen teniendo mucho éxito entre la chiquillería. Los domingos por la mañana, en lugares como el Mercat de Sant Antoni de Barcelona, El Rastro en Madrid o la Plaza Pombo en Santander, los intercambiadores de cromos futbolísticos siguen siendo legión.

Y 'solo' han pasado 40 años...