Las cinco conclusiones que deja el Mundial de España

El torneo ha vuelto a subrayar la falta de jugadores que decidan partidos por sí mismos en la selección

Es una España a la que solo le vale su mejor versión para poder competir en torneos de este peso

Resumen, goles y highlights del Marruecos 0* - 0 España de octavos de final del Mundial de Qatar

¡Se acabó el sueño mundialista para España! Marruecos fulminó a La Roja en los penaltis... / SPORT TV

Dídac Peyret

Dídac Peyret

España se ha despedido este martes del Mundial ante Marruecos en octavos. Luis Enrique se cansó de decir en los últimos días que los penaltis no eran una lotería. Y la selección ha caído desde los once metros, porque ha tirado fatalmente sus tres primeros lanzamientos. No es un desenlace que resuma la actuación de la selección en Qatar, pero explica algunas cosas.

Estas son 5 conclusiones que nos deja el paso de España de su paso por el Mundial:

Una selección de extremos

Ha vuelto a quedar claro en Qatar: España puede ganar o perder contra cualquiera. Esto, que suena a lo que Luis Enrique llamaría topicazo, es la forma más clara de explicar las dos caras de la selección. El equipo español lo lleva demostrando los últimos años: necesita jugar a su mejor nivel para competir. Si no lo hace -cuando sus futbolistas no están a su mejor nivel o cuando no se ejecuta el plan con la máxima precisión, España se vuelve un equipo corriente. Y los equipos ordinarios tiene eso: pueden caer contra cualquiera. Conclusión: la selección de Luis Enrique gana normalmente solo cuando es muy superior al rival.

La falta de un jugador totalmente diferencial

La fuerza de la España de Luis Enrique ha sido siempre el grupo. Esa ha sido la máxima del asturiano, ¿pero ha sido así por convicción o por necesidad? Desde luego casa con su personalidad, pero en su etapa en el Barça concedió algunas licencias a jugadores como Messi, Neymar y Luis Suárez. Tres individualidades capaces de marcar diferencias por si solos. España no cuenta ahora mismo con un futbolista de estas características. Una situación que le obliga a tener que lograr actuaciones grupales al máximo nivel para poder competir contra los mejores.

La kriptonita de esta España

Marruecos lo volvió a confirmar: los repliegues bajos son el peor escenario para esta selección que quiere la pelota, que quiere ser protagonista. Cuando se encuentra con estas selecciones, cuando el rival no presiona arriba y se junta alrededor de su portero, España pierde misterio y gana previsibilidad. No es lo mismo tener el balón que dominar el partido. No es lo mismo tener colmillo desde la posesión que una versión descafeinada del tiki-taka. Marruecos no tuvo el balón pero en muchos momentos dominó a España porque tuvo el partido donde quería.

Hay futuro

España termina el Mundial con una sola victoria, pero no todo son malas noticias. España ha competido con muchos futbolistas sin experiencia en un torneo con este peso. Y algunos de los jugadores más destacados han sido precisamente los más jóvenes. Una selección que cuenta con futbolistas como Pedri, Gavi, Olmo, Nico Williams, Balde y Ansu solo puede seguir creciendo en los próximos grandes campeonatos.

Luces y sombras de Luis Enrique

El técnico asturiano ha sido el gran nombre propio de la selección en este campeonato. Su protagonismo, incluida su experiencia como streamer, lo han colocado en el centro del debate y ha quitado presión a sus futbolistas, la mayoría muy jóvenes. Si algo ha quedado claro es que el grupo está con él. No han habido declaraciones críticas ni malas caras, ni siquiera entre los suplentes. Esa sensación de grupo se ha transmitido en todo momento. Pero a España le ha faltado contundencia y recursos. Y eso incluye a futbolistas que precisamente crecían a las órdenes del técnico y que, esta vez, no han logrado marcar las mismas diferencias. La duda que queda es cuál es el realmente el techo de esta selección. ¿Habían suficiente calidad para ser considerada una de las aspirantes? A pesar del subidón inicial contra Costa Rica, el resto de partidos han expuesto las limitaciones de una selección demasiado terrenal.