La batalla entre Pep Guardiola y Ancelotti por el banquillo de Brasil

Ednaldo Rodrigues, el presidente de la Confederaçao Brasileira de Futebol (CBF) es quien va a elegir al nuevo seleccionador brasileño sin dejarse influir por nadie. Y el máximo deseo del dirigente bahiano sería poder contar con Pep Guardiola a quien considera el Pelé de los banquillos, o sea, el mejor entrenador del fútbol mundial. Sin embargo, la opción del técnico catalán es más que complica, por lo que gana fuerza una segunda opción: la de Carlo Ancelotti.

Y la decisión del nuevo comandante de la Seleçao, que no se tomará hasta el próximo mes de enero, se ha convertido en una batalla entre Pep y Carletto. Como SPORT avanzó, la CBF tiene la intención de entrar en contacto en breve con el actual entrenador del City para saber, de primera mano, si hay la posibilidad de contar con él una vez termine la presente temporada.

Paralelamente, el nombre de Carlo Ancelotti ha ido ganando enteros, porque la Confederaçao ya tiene constancia de la buena predisposición del técnico italiano de coger las riendas de la 'verdeamarela' una vez termine esta temporada en el Real Madrid.

El fracaso de Tite en Qatar, señalado en su país como el gran culpable por sus planteamientos erráticos, ha ayudado a la CBF a imponer con naturalidad el discurso de romper la norma no escrita de contar siempre con un seleccionador brasileño, algo que solo semanas atrás hubiera sido motivo de excomulgación.

Las palabras de Ronaldo, desde Qatar, diciendo que le encantaría que Brasil fuera dirigida por Pep Guardiola, Carlo Ancelotti o José Mourinho (que es el candidato a coger las riendas de Portugal) han ayudado a normalizar la apuesta por un técnico extranjero.

Otro de los bien situados es el portugués Abel Ferreira, que desde noviembre de 2020 ha ganado la friolera seis títulos con el Palmeiras: dos Copas Libertadores seguidas (2000 y 2001), el Brasileirao 2022, la Copa do Brasil 2020, la Recopa Sudamericana 2022 y el Campeonato Paulista 2022.

La eliminación prematura contra Croacia en cuartos de final y la facilidad con la que la Argentina de Leo Messi pasó por encima de los balcánicos (3-0) ha aumentado aún más la sensación en Brasil de que su selección estaba muy mal entrenada por su hasta ahora técnico y de que nada había servido que estuviera seis años en el cargo.