Argentina es un drama eterno

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Argentina es un drama. Lo era antes de arrancar el partido y lo es mucho más después de encajar una derrota dolorosa. Tan cruel como justa. Croacia fue mejor porque se lo pasó bien ante un rival que jugó con un peso que coarta a sus jugadores, que no les permite sentirse libres. Argentina parece mucho peor de lo que realment es. El Mundial puede haber llegado a su fin para la albiceleste tras un nuevo desastre en el que nada salió bien. Solo queda rezar. 

Jorge Sampaoli movió el equipo y el dibujo respecto al primer encuentro, en el que nadie quedó satisfecho de lo visto ante Islandia. No solo por el resultado, sino, sobre todo, por la escasa capacidad de creación que mostró la albiceleste, a la que le es imposible encontrar la fórmula para aprovechar todo lo que puede ofrecer Leo Messi. El '10' toca pocos balones, muy pocos. Insuficiente para que Argentina crezca.

Entraron Mercado, Acuña y Enzo Pérez y Sampaoli deshizo el 4-2-3-1 del debut para coser una especie de 3-4-3 buscando más argumentos en ataque. El resultado, durante el primer tiempo, no fue el esperado. Croacia echó mano de un manual práctico, con el equipo junto atrás y sin esconder su plan: sorprender a su rival a la contra. La primera mitad, por lo menos a los puntos, fue para los croatas, que necesitaron poco para ser peligrosos cuando llegaban al área de Willy Caballero.

A los tres minutos, el meta argentino evitó el gol de Perisic, que disparó con la zurda dentro del área. Caballero se estiró para enviar a córner con la punta de los dedos. A Argentina le costaba muchísimo combinar con claridad, divertirse, pasárselo bien. Seguía siendo un equipo sufridor, incapaz de soltar amarre y creer en su fútbol. Todos sus futbolistas daban la sensación de ser peores de lo que realmente son.

Solo cuando entraba en juego Messi pasaba algo. A los trece minutos habilitó a Salvio, que la puso atrás. Meza remató al cuerpo de Lovren y el balón acabó en córner. Mientras, Mandjukic, Rebic y Perisic convertían a la defensa de Argentina en un flan trémulo, incapaz de dar seguridad al resto del equipo para que jugara con libertad. El peligro albiceleste llegaba de forma aislada. Acuña envió con un centro defectuoso el balón al larguero y Enzo Pérez perdonó la, hasta el momento, mejor ocasión del partido: el balón le quedó muerto y manso en el área, pero disparó de primeras fueras.

Luego fue Mandjukic quien erró de cabeza solo ante Caballero. Lo sorprendente es que se plantó en el área pequeña con un envío diagonal superando la línea defensiva sin ningún tipo de esfuerzo. Fue un primer tiempo sin brillo, con más errores que aciertos. 

caballero, un amigo croata

Argentina salió del vestuario, tras el descanso, con un aire diferente. Agüero llegó al área y lo probó con un disparo cruzado y Messi parecía entrar algo más en juego. Pero la albiceleste recibió el mazazo de uno de los suyos. Willy Caballero pecó de frívolo buscando jugar un balón de vaselina ante Rebic. Lo hizo tan mal que el balón quedó perfecto para que el croata voleara a gol. Imperdonable. 

Sampaoli movió el banquillo y entró Higuaín por Agüero. Argentina metió una marcha más. El punta de la Juventus salió motivado y suya fue la jugada que acabó con el rechace de Rakitic al remate de Messi, cuando ya se cantaba el gol. La montaña aparecía alta y el reloj corría veloz y cruel ante la mirada de la selección sudamericana. Sampaoli dejó a un lado su habitual racanería para meter a Dybala. Cuando has tocado fondo, solo se puede mirar hacia arriba. 

O no. Porque siempre hay quien puede hundirte un poco más a base de palazos de arena. Modric agarró el balón lejos, muy lejos del área. Tan lejos que parecía imposible, pero el croata soltó la pierna con un latigazo que convirtió el balón en un misil que perforó la portería de Caballero. La montaña aparecía vertical y en la mochila de Argentina solo había piedras. Muchas piedras. Todas las piedras del mundo en una camiseta albiceleste que es plomo. Así no se puede jugar. Argentina no juega para ganar, sino para evitar la lluvia ácida que cae sin pausa desde todos los frentes cuando rueda el balón. Es un milagro que, en un ambiente así, hayan jugado tres finales en los últimos años.

rakitic echa el ramo de flores sobre la tumba

Rakitic estuvo a punto de depositar el ramo de flores sobre la tumba albiceleste con un disparo de falta que se estrelló en la madera. Solo lo había encargado para hacerlo más tarde. Con la defensa de Caballero ya en otro país, el centrocampista tuvo la pausa y el talento para marcar el tercero. Messi seguirá sufriendo, con el gesto pétreo, ser parte de ello. Messi sufre con Argentina todo lo que disfruta en el Barça. Las leyes que equilibran el mundo no le permiten ser plenamente feliz.