Rakitic resuelve el drama de los penaltis y mete a Croacia en cuartos

Franc Mendiola

La lotería de los penaltis terminó por llevar la euforia a toda Croacia. El partido del drama, del engaño que supuso un inicio fulgurante sin continuidad, una Dinamarca casi superior a Croacia y una pena máxima fallada por Luka Modric a cinco minutos del final de la prórroga, se tuvo que decidir en el careo entre portero y jugador, con la historia de los Mundiales picando a la puerta. Tras una tanda fatídica (3-2), con Subasic y Schmeichel inconmensurables, el blaugrana Ivan Rakitic metió a Croacia en los cuartos de final tras un final apoteósico.

Para quienes habían empalmado el España-Rusia con el Croacia-Dinamarca, el arranque del duelo en Nizhny Novgorod fue un chute de adrenalina. Dinamarca dio un susto mayúsculo en el primer minuto de juego, tras un saque de banda de la novedad Knudsen hacia el corazón del área. Jorgensen remachó el cuero suelto tras una serie de rebotes, y Subasic se tragó el 0-1 en una intervención grotesca. Pero la sorpresa duró lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio. A renglón seguido, antes de cumplirse el minuto 5, otro jugada ‘pin-ball’ de rebotes y rechaces, esta en el área danesa, generó un vodevil que Mandzukic resolvió empatando a uno.

Con el decimotercer gol más rápido en la historia de los Mundiales y la pertinente respuesta del delantero bianconero, el juego se apaciguó. No obstante, la transición hacia un equilibrio casi total dejó varios acercamientos peligrosos en las áreas. Los de Zlatko Dalic, con disparos desde la frontal de Rakitic y pescando segundas jugadas, avisaron con más claridad que la escuadra de Age Hareide. Pero cuando el descollante Eriksen engrasaba la maquinaria, Dinamarca respondía y también ponía en tensión a los guripas del área de Subasic.

Prórroga, penalti(s) y Rakitic

Prórroga, penalti(s) y Rakitic

Dinamarca, en la reanudación, demostró por qué lleva sin perder desde octubre de 2016. Y lo hizo simplemente obligando a Croacia a jugar desnaturalizada, sin fisuras en el bloque pero incapaz de imponerse en lo físico y en lo táctico. Ante la tesitura, Croacia decidió ser ramplona y aguardar a su oportunidad para matar el partido. El partido se contagió de la eliminatoria tan ahíta que le precedió, y neutralizadas las virtudes de los balcánicos Dinamarca protagonizó la primera ocasión de la segunda mitad 25 minutos después de su inicio. Pero ese disparo timorato de Poulsen despertó a Croacia, que dio un paso adelante en busca del 2-1. Hubo cosas, pero el olor a prórroga era intenso y hacia el tiempo extra se encaminó el partido.

La mejor puesta en escena de la primera parte de la prórroga fue para los daneses, pero sin mayores sobresaltos. Sin sufrir unos y otros, se llegó al segundo periodo extra. Y de nuevo, contra todo pronóstico, Dinamarca no solo no se acoquinó sino que afrontó los últimos 15 minutos más entera que su homóloga.

Pero sucedió. Un pase magistral de Luka Modric entre líneas dejó solo a Rebic, que se zafó de Schmeichel y, a portería vacía, vio como Mathias Jorgensen le trababa. Penalti. En las botas del jugador del Real Madrid estaba la eliminatoria, pero el hijo de la leyenda empezó a fraguar la suya en los Mundiales deteniendo la pena máxima a Modric. Quedaba la tanda de penaltis.

La tanda

La tanda

Subasic, de paradón, evitó el primero de Eriksen y Schmeichel hizo lo propio a tiro centrado de Badelj. Kjaer la mandó a la escuadra, a lo Neeskens (0-1), y Kramaric igualó (1-1). Khron-Delhi anotó bien (1-2), y Modrid le correspondió por el centro (2-2). Apareció otra vez Subasic ante Schöne, al igual que Schmeichel con Pivaric. Finalmente, Subasic repitó ante Jorgensen y Rakitic no falló el 3-2.