¿Por qué Messi sufre con Argentina?

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El gesto de Messi durante el himno te hacía sentir su crisis, sus dudas, su miedo y su desencanto. Una herida profunda que se abre cada vez que su selección -la Argentina que siente tan adentro- se empeña en humanizarlo con toda la crudeza del mundo.  

En su país hablan ya de enfermedad profunda. De ambiente insportable para explicar la situación de los chicos de Sampaoli. "Los caballeros de la angustia" (como los definió Olé jugando con el apellido del 1 de la albiceleste) tras la derrota ante Croacia.

Todos miran a Leo para encontrar restos de fe. Pero el él anda bloqueado y embajonado desde que fallara el penalti ante Islandia. Dicen en el entorno de la selección que ya llegó mal a Rusia. Que se lo veía venir

Messi parece agotado como el que va a la deriva de una relación que tiene fecha de caducidad. Cansado seguramente de recapitular golpes y de coleccionar milagros. De acumular tres finales perdidas y soportar el peso de una camiseta asfixiante."Me siento responsable", dijo tras el estreno mundialista. 

"Solo el miedo a perder puede explicar que Sampaoli optara por recuperar la dupla Mascherano-Biglia para el debut ante Islandia", destacaron en Argentina. 

Nada cambió en el segundo partido, a pesar de las maniobras en la pizarra con un cambio de sistema desentrenado. Incluso fue a peor. Ante Croacia apenas hubo noticas de él en un equipo sin rumbo, sin dirección y mentalmente al límite. Argentina es a día de hoy un grupo de jugadores sufriendo en el campo.

Un equipo sin un plan futbolístico incapaz de acompañar al mejor del mundo. "No encontramos al mejor equipo para acompañar a Messi", resumió Sampaoli. 

El seleccionador ha fracasado en el que fue la base de todo su relato desde que llegó al cargo: lograr el mejor contexto para el 10. Ante Croacia faltando 15 minutos, Caballero había dado más pases que el 10. Un dato monumental que habla de la incapacidad de Sampaoli a la hora de rodear a Messi. 

También de la obsesión general -seguramente exagerada- de convertirlo todo en una cuestión del 10.

"A los jugadores de Argentina les falta humildad para entender lo que entienden todos y cada uno de los jugadores del Barcelona. Tan pronto como recibas el balón, alzas la cabeza y buscas a Messi en el espacio. Es muy simple; dale el jodido balón a Messi", aseguró el escritor John Carlin en una entrevista como si absolutamente todo pasara por los pies del argentino. 

Argentina parece tener un problema de talento. La pregunta es si realmente tiene un planteal para competir en este Mundial. Porque más allá de la vigencia de jugadores como Messi, Otamendi, Dybala (reserva habitual en la selección) o el Kun... ¿qué jugadores siguen siendo élite del fútbol mundial? 

Es más: un centro del campo en el que Mascherano y Enzo llevan la manija del equipo no parece el mejor escenario para el 10. Tampoco el insoportable clima de críticas o la posición, siempre bajo sospecha, que rodea la figura de Messi en la selección. Representa a una generación cansada "de comer mierda'", como destaca La Nación, utilizando una expresión del Jefecito.  

Leo parece tener una deuda eterna con los suyos por haber dejado el país rumbo a Barcelona. Y su carácter retraído -y discurso discreto- nunca ha casado con el arrebato argentino. 

Messi nunca será Maradona. Pero Argentina le ha puesto el peso de ser un héroe, una especie de salvador, cuando quizás sea Messi quien necesite que le salven del carga insoportable de Argentina.