Un Mundial sin fronteras

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- / Marc Creus

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Seguramente sea uno de los datos más representativos de lo que está siendo este Mundial de Rusia. No nos pondremos ahora a hacer un análisis exahustivo de las olas migratorias a lo largo de la historia ni de los exilios a los que se han visto forzados muchos colectivos durante la larga y dilatada existencia de nuestro Planeta Tierra, pero lo cierto es que un número ingente de jugadores juega para países en los que, en muchos casos, ni siquiera ha nacido.

Otros, lo hacen para una selección a cuyo territorio sus padres o abuelos tuvieron que emigrar por cualquier circunstancia de su país de origen. Sin ir más lejos, centrándonos en este segundo caso, en Francia hasta un 78,3% de los futbolistas que componen la lista de 23 son de origen extranjero (solo dos de ellos, Umtiti y Mandanda, eso sí, han nacido fuera de las fronteras francesas). Un caso parecido lo encontramos en Suiza, cuyo equipo está formado por un 65% de jugadores de origen no helvético (ocho de los cuales nacidos fuera de las fronteras suizas). Bélgica (47,8%), Alemania (39,1%) o Inglaterra (47,8%) son los otros casos más significativos de la globalidad existente en el fútbol de hoy en día. Volviendo a lo de Francia, seguramente lo más relevante sea que en la selección el porcentaje sea de 78,3% (casi ocho de cada 10) y en el global del país sea de un pírrico 6,8. En España, por cierto, la cifra es más discreta. Un 17,4% de la convocatoria de Lopetegui (no olvidemos que la hizo él) no es de origen español.

Marruecos se lleva la palma

En otro orden de cosas, Marruecos es la selección con más futbolistas nacidos fuera del país. 17 de los 23 jugadores de la convocatoria de los ‘Guerreros del Atlas’ no vieron la luz en el país africano. Túnez, con nueve, y Suiza, con ocho, le siguen a lo lejos. En el caso del combinado helvético, recordar la escena de Shaqiri y Xhaka celebrando sus goles contra Serbia haciendo el águila de la Gran Albania. Muchos refugiados de la Guerra de los Balcanes acabaron en Suiza, donde echaron raíces y ahora son pilares de una selección que ha hecho un gran Mundial en Rusia.