Los árbitros del Mundial reciben cursos de reanimación respiratoria

Mateu Lahoz es el árbitro principal que representa a España en el Mundial

Mateu Lahoz es el árbitro principal que representa a España en el Mundial / AFP

Ramón Fuentes

Como ya informamos en SPORT el pasado lunes, los 35 árbitros y 61 asistentes convocados al Mundial de Rusia llevan desde del lunes pasado concentrados en Moscú con vistas a trabajar y perfeccionar todos los aspectos posibles de cara al inminente debut del próximo día 14. Son sesiones maratonianas de día y tarde donde trabajan el aspecto físico, técnico y por supuesto el VAR.

Pero la FIFA no quiere que nada quede al azar, ante al más mínimo contratiempo. Y ahí juega un papel esencial el árbitro como máximo responsable en el terreno de juego. Por eso entre los distintos cursos y seminarios que han asistido está un curso de especial relevancia en caso de incidencias médicas que trasciendan de los puramente deportivo. Un curso organizado por la Oficina Médica de la FIFA y que en esta ocasión ha puesto una especial importancia en la parada cardio respiratoria. Lo que se conoce médicamente como PCR.

Conviene partir desde el conocimiento que los árbitros son los responsables últimos de la salud y la seguridad de los jugadores en el terreno de juego. Puesto que el tiempo es un factor clave, los colegiados del Mundial tienen que ser capaces de reconocer en el campo aquellos incidentes que puedan suponer un grave riesgo para la salud de los futbolistas y poder responder inmediatamente y de la forma más apropiada posible ante incidencias de este tipo.

Durante el mismo los árbitros aprendieron a reconocer situaciones de PCR y poder responder con las medidas adecuadas, tales como la reanimación cardiopulmonar y mediante el uso de desfibriladores automáticos. Para FIFA es primordial que todos los árbitros mundialistas tengan las nociones básicas y mínimas para poder responder en situaciones de fallos cardíacos para saber reconocerlos, responder, reanimar al jugador y evacuarlo del terreno de juego de la forma más adecuada posible.

En el mismo no sólo han aprendido nociones sobre este tipo de situaciones, también sobre reaccionar en caso de conmociones cerebrales severas y que pueden suponer riesgo de muerte.

También se ha hecho especial hincapié en cuestiones de protocolo acerca de como realizar la evacuación del jugador; la premisa de que, en caso de duda, siempre se debe abandonar el campo, la regla de la interrupción de los tres minutos y la repetición y el análisis de vídeo de contenido médico, de reciente incorporación.

Ademas abordaron otras situaciones como las insolaciones, una urgencia médica neurológica con riesgo de muerte que se da cuando la temperatura ambiental y la humedad son tan altas que ni jugadores ni árbitros pueden reducir la temperatura del cuerpo. 

Otro punto que se examinaron con detenimiento fue el descanso de refresco, sus preparativos y su ejecución, y la temperatura de globo y bulbo húmedo (WBGT por sus siglas en inglés) como método de medición de la temperatura a la que se juega un partido y el riesgo potencial para los que los disputan. Conviene recordar que desde el Mundial de Brasil, en aquellos casos de humedad extrema y altas temperaturas, está permitido un parón en cada uno de los tiempos para que los jugadores puedan refrescarse. Parón que deberá llevarse a cabo cerca del minuto 30 de cada uno de los períodos.