Croacia se alía de nuevo con los penaltis para apear a la anfitriona

Roger Payró

De nuevo un tanto decisivo de Ivan Rakitic en la tanda de penaltis clasificó a Croacia para la siguiente ronda, en este caso las semifinales. Su selección estaba llamada a tomar el relevo de la de Francia ’98 y consiguió el objetivo de manera sufrida ante una combativa Rusi que se va del Mundial con la cabeza muy alta.

El inicio de partido fue muy parecido al de octavos frente a España. Los pupilos de Cherchesov cedieron el esférico a los croatas y buscaban sus opciones a la contra. El combinado balcánico se empantanaba en sus llegadas y aunque era dominador claro de la posesión no conseguía crear peligro en la meta de Akinfeev.

El encuentro carecía de ritmo hasta que Cheryshev decidió dinamitarlo en el minuto 31. El exmadridista tiró una pared con Dzyuba y realizó un golpeo magistral desde la larga distancia directo a la escuadra. La defensa croata pagó su pasividad al dejar combinar a los atacantes rusos y tras el tanto de Cheryshev, su cuarto en el Mundial, Croacia debía remar a contracorriente.

Afortunadamente para sus intereses, la reacción no tardó en llegar. En el minuto 39, Mandzukic aprovechó un vacío tremendo en el flanco derecho de la defensa para internarse en el área y ceder en la frontal del área pequeña donde esperaba Kramaric, que mandó el balón al fondo de las mallas con un testarazo.

Este desajuste defensivo de Rusia dio vida a Croacia justo antes del descanso, que pudo empatar la contienda y afrontar la segunda mitad con tablas en el marcador tras un primer tiempo donde Modric y Rakitic no consiguieron gobernar el partido.

Tras el paso por vestuarios, el guión no cambió y el equipo de Dalic dominaba claramente el esférico ante una Rusia bien resguardada atrás a la espera de salidas a la contra. Perisic estuvo a punto de darle un disgusto al anfitrión en el minuto 60 después de que la defensa rusa no acertara a despejar el peligro, pero su disparo pegó en el poste.

 Fue la última acción de Perisic en el verde ya que Dalic decidió dar entrada a Brozovic en su lugar para cambiar el dibujo sobre el verde en busca de soluciones para desatascar el partido. Por su parte, Cherchesov decidió retirar a Cheryshev por Smolov y aportar frescura a su equipo, que siguió haciendo gala de su gran resistencia física con una buena presión sobre los balcánicos que anulaba su creación de juego.

A Croacia le costó superar el entramado defensivo ruso en el tiempo reglamentario y el encuentro se fue a la prórroga. Subasic dio el susto justo antes del pitido final por una posible lesión, pero finalmente pudo continuar sin problemas.

Rakitic, de nuevo el héroe

Ya en el tiempo extra, con Croacia cada vez más fundida físicamente, en un córner nació el gol que parecía decantar el encuentro gracias a un cabezazo de Vida tras un saque de esquina. Eso no sería suficiente para cargarse al anfitrión ya que en otra acción a balón parado llegó la segunda igualada. Mario Fernandes remató una falta en el minuto 115 para mandar el partido a los penaltis.

Los lanzamientos desde los once metros favorecieron en octavos a ambas pero esta vez sólo podía quedar una. Subasic y Akinfeev pararon una pena máxima por banda pero el fallo de Fernandees, el héroe en la prórroga, acabó a a postre siendo clave para dar ventaja a Croacia, que rubricaría el triunfo gracias otra vez al quinto y definitivo lanzamiento de Rakitic.