Carlos Marchena, el guardián de Iniesta en el Soccer City

Ramón Fuentes

A Carlos Marchena la vida le ha deparado un giro de 360 grados en poco más de un mes. La marcha de Montella le abrió las puertas del vestuario de su Sevilla de la mano de Joaquín Caparros. Allí se encontraron un vestuario roto, con un equipo que se iba a la deriva y físicamente muy lejos de lo debería esperarse de un equipo que se estaba jugando meterse en la Liga Europa. Quedarse fuera de Europa hubiera sido una catástrofe en el Sánchez Pijuan. En apenas unas semanas cambiaron la cara al equipo logrando el objetivo que demandaba la afición sevilliista.

Entonces llego Machín y Carlos Marchena volvió a la estructura del club, de conocer su nuevo destino para la próxima temporada siempre de la mano de Joaquin Caparros. Entonces llego la llamada de la Federación Española de Fútbol para ayudar a Fernando Hierro en ese contacto diario con la plantilla. Su currículum le convierte en el candidato ideal. Ocho años cómo Internacional, desde 2002 hasta el 2010, fue en su momento el jugador que encadenó más partidos invicto con España, un total de 57. Fue campeón de Europa en el 2008 y del Mundo en el 2010.

Fue precisamente en Sudáfrica, en la histórica final del Soccer City, donde Marchena puso de manifiesto ese espíritu de guardián que acredita en su carrera. Defensor de grupo, el colectivo por encima de lo individual. 

Así lo delató el propio Marchena en un acto de Pelayo, patrocinador de la RFEF. Minuto 116 en el Soccer City de Johannesburgo. Andrés Iniesta acaba de marcar el gol que marca un antes y un después en la historia de España. La locura se desata en la grada y en el césped. Allí van todos los jugadores a celebrar el gol con Andrés Iniesta. Para besarle, abrazarle etc..

Todos menos dos. Uno es el capitán y portero Iker Casillas. El otro es Carlos Marchena. El sevillano se quedó inmóvil en el centro del campo. ¿Y por qué? Pues porque Carlos en ese momento solo pensó en el grupo, en que había que defender y proteger al equipo. Allí se quedó para que Holanda nunca pudiera sacar del centro del campo, por si querían sorprender y aprovechar que los españoles estaban desatados en celebración.

Algo que es imposible, solo propio del fútbol callejero y pillo donde se crió Carlos Marchena. Pero en aquel momento el sevillano sólo pensó en el colectivo, para proteger a los suyos, renunciando formar parte de una célebre histórica donde jamás estará Marchena. Ya se lo han preguntado sus hijos en más de una ocasión. Así es Carlos Marchena. El día más importante en la historia del fútbol español fue el guardián de Andrés Iniesta. Ahora será el guardián de los 23 chicos de Hierro en Krasnodar. Esperemos que viva ahora algo parecido a lo que vivió en el 2010.