Llorar hoy para sonreír mañana

Miki Soria

Miki Soria

Queremos salir del Mundial siendo mejor selección”. Así definió antes del torneo el seleccionador español Jorge Vilda el gran objetivo de la Roja en la cita de Francia y, una vez finalizada la participación de España en el Mundial, se puede asegurar que el objetivo se ha cumplido.

Eso no quiere decir que irse del Mundial en octavos de final sea un resultado espectacular, ni mucho menos. Alcanzar esta ronda era el requisito mínimo para la selección española viendo la calidad de la plantilla y la evolución de los últimos años, pero medirse a Estados Unidos a las primeras de cambio convertía prácticamente en una utopía el alcanzar cotas superiores en esta edición.

Un paso en el camino

Hay que ponerlo todo en contexto y ver tanto de dónde venimos, a dónde vamos y en el momento preciso en el que nos encontramos. España quiere alcanzar la élite del fútbol femenino mundial y lo hará, o al menos podrá competir por ello en igualdad de condiciones, en cuatro u ocho años. Es el tiempo necesario para que el fútbol femenino en España se siga profesionalizando y las nuevas generaciones aprovechen esos recursos y lideren ese salto de calidad.

Porque la realidad es que España viene de muy abajo y aún está varios escalones por debajo de países como Alemania o Estados Unidos a nivel de estructura profesional de liga, federación, licencias y recursos… No hay que olvidar que Francia 2019 ha sido solo el segundo Mundial para una selección que en el anterior de Canadá no fue capaz de ganar ni un partido ni superar la primera fase.

Como hemos dicho, en este Mundial España no iba a ganar. Iba a demostrar que ya es capaz de competir con las mejores selecciones y a buena fe que lo ha hecho. Tuvo 25 minutos geniales ante Alemania que pusieron contra las cuerdas a la Mannschaft. De los mejores de cualquier selección en el Mundial. Plantó cara a Estados Unidos, la mejor selección del mundo, quitándole su aura de imbatibilidad, desdibujándola, conteniendo su capacidad ofensiva y generándole unas dudas inesperadas. Consiguiendo que los dos rivales parecieran menos de lo que son.

Errores

Dicho esto, también hay que destacar que se cometieron errores. Obvio. Si no, el resultado hubiera sido otro. Errores que acabaron costando derrotas y que son los que, en cuanto se corrijan, permitirán crecer a este equipo. Enfrentarte a los mejores equipos te hace crecer si eres capaz de sacar un aprendizaje de esa experiencia y de esas derrotas. España ha sido víctima de sus errores de concentración -el gol de Alemania- o de su inexperiencia –como los dos penaltis ante Estados Unidos-. También ha faltado acierto de cara a portería como se ha visto en todos los partidos, en los que se ha generado peligro pero sin convertir esas ocasiones en gol y una mejor condición física que te permitiera acabar los partidos en el área rival, cosa que no se pudo hacer ni ante Alemania ni ante Estados Unidos.

Futuro prometedor

Todo esto sirve como reflexión y aprendizaje para una selección que tiene un futuro brillante por delante. Al tercer equipo más joven del Mundial se le irán sumando poco a poco las nuevas generaciones de futbolistas que han cosechado un éxito tras otro en categorías inferiores: Carmen Menayo, Laia Aleixandri, Ona Batlle, Irene López, Damaris Egurrola, Eva Navarro, Salma Paralluelo, Claudia Pina… Todas ellas llegarán a la selección mejor preparadas que sus predecesoras y también se beneficiarán, igual que las Aitana Bonmatí, Patri Guijarro, Lucía o Nahikari que ya están asentadas en la absoluta, de una creciente inversión en la Liga Iberdrola que hará todo el fútbol español más fuerte. La exigencia diaria aumentará, los recursos también y solo es cuestión de tiempo que eso se refleje en la selección absoluta para disfrute de una masa social que ha crecido en las últimas semanas. En la Eurocopa de 2021 y el Mundial de 2023, los próximos grandes objetivos, seguro que se verán esos progresos.