Las dos caras de la clasificación de España

España celebró su clasificación tras empatar contra China

España celebró su clasificación tras empatar contra China / AFP

Miki Soria

Miki Soria

España ya está en octavos de final. Chapeau. Histórico. Objetivo cumplido. La selección, tras lograr su primera victoria en una cita mundialista ante Sudáfrica y plantar cara a una potencia contra Alemania, sumó el punto necesario ante China para superar la fase de grupos por primera vez en su historia y hacerlo, además, como segunda de grupo. Tras no lograrlo en Canadá hace cuatro años, la mejoría es evidente para una selección que hasta hace cuatro años no sabía lo que era competir con las mejores. Hasta ahí, todo perfecto.

Pero... ¿no era ese el objetivo mínimo? Claramente, sí. Teniendo en cuenta que 16 de los 24 equipos del Mundial pasan de fase y que en el grupo de España había dos selecciones inferiores a la Roja como Sudáfrica y China, lo normal es que la selección española se metiera en octavos sin demasiada complicación, como así ha sido.

Dicho esto, hay que ver el cómo y aquí España deja un balance desigual. Ante Sudáfrica, tras un mal inicio se mejoró en la segunda mitad acabando a un buen nivel. Ante Alemania se mereció como mínimo empatar tras una primera media hora de lo mejor que se ha visto en el Mundial. Pero se perdió por perdonar en ataque y en defensa. Y ante China, un partido que debía servir para coger moral antes de octavos acabó indigestándose por la falta de gol -otra vez ese problema endémico en el fútbol femenino español- ante un conjunto que supo cerrarse a cal y canto.

En definitiva, la frase de la compañera Lucía Santiago (EFE) lo resume bien: “En global, los números del conjunto que dirige Jorge Vilda no maravillan ni abruman, el juego seduce a ratos y el gol solo le resulta sencillo cuando viene precedido de un penalti”. Más claro, imposible.

Dos generaciones

Ahora, España tiene por delante un reto mayúsculo puesto que al acabar segunda del Grupo B su rival será el primero del F, previsiblemente Estados Unidos. Quizá el rival con el que la selección tendrá más complicado competir porque la diferencia de nivel sigue siendo muy grande, pero toca hacerlo y eso lo saben bien las nuevas generaciones, que ya saben lo que es enfrentarse a equipos como el estadounidense en categorías inferiores.

La hornada de Patri Guijarro, Aitana, Lucía y Nahikari -a diferencia de otras futbolistas más veteranas de la selección- está acostumbrada a luchar por el podio en todos los torneos disputados con la Roja y serán ellas quienes liderarán ese paso también con la absoluta. Hasta entonces no queda otra que seguir aprendiendo y mejorando ante equipos que a día de hoy siguen siendo superiores. Como hizo el Barça en la final de la Champions ante el Olympique de Lyon aunque el resultado pueda acabar siendo el mismo.