Así son las recomendaciones para la vuelta a la piscina

Mireia Belmonte podrá volver a entrenar

Mireia Belmonte podrá volver a entrenar / EFE

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La Real Federación Española de Natación (RFEN) publicó este lunes las recomendaciones para el reinicio de la actividad de los deportistas en el medio acuático, que quedan sujetas a las directrices marcadas por las autoridades sanitarias en el inicio de la desescalada.

A los nadadores se les exigirán "mantener siempre una protección individual". Es decir, será obligatorio el uso de mascarillas hasta el acceso a la piscina, la higienización de las manos, el uso del material de manera individual y su desinfección una vez finalizada cada sesión.

Además, la RFEN recomienda a los deportistas que se pongan en contacto "con los servicios médicos de las federaciones, centros de tecnificación, clubes o centros de salud para valorar la posibilidad de realizar pruebas para determinar su estado inmunitario y verificar si ha pasado o no la infección por COVID-19".

Todas las instalaciones Todas las instalaciones deberán ser adaptadas para cumplir las medidas de seguridad para prevenir el contagio y facilitar que se respeten las distancias mínimas en las zonas de acceso, incluyendo marcas visibles en el suelo.

 deberán ser adaptadas para cumplir las medidas de seguridad para prevenir el contagio y facilitar que se respeten las distancias mínimas en las zonas de acceso, incluyendo marcas visibles en el suelo.

"El acceso a la instalación se debería realizar por una puerta concreta (a ser posible diferente a la de salida), de manera ordenada y manteniendo la distancia de 1,5-2 metros entre personas", subraya el protocolo.

La RFEN también indica que "tanto si se hace uso del vestuario (mejor evitarlo en la medida de lo posible) como si se accede directamente a la piscina, se usará una bolsa individual para introducir las pertenencias", evitando dejar material, ropa o calzado en el suelo.

Antes del inicio de la actividad, cada deportista y técnico deberá someterse a un control de temperatura.

"Cualquier alteración de la temperatura por encima de 37,0ºC desaconseja la actividad deportiva y se pondrá en conocimiento de los servicios médicos para su valoración", informó la RFEN.

Otros síntomas a tener en cuenta serán la tos, la fatiga, el cansancio, las molestias digestivas, la diarrea, la sensación de falta de aire o las alteraciones del gusto y del olfato.

La RFEN insiste asimismo en que los deportistas deben procurar mantener durante la actividad una distancia mínima de seguridad de 2 metros, quedando prohibidos los saludos, choques de manos o cualquier contacto entre personas.

No se podrá circular por la instalación descalzo, siendo obligatorio el uso de calzas de plástico y/o procediendo a la desinfección de chanclas o zapatillas al final de la jornada.

Además, recomienda acceder a la lámina del agua de la piscina sin utilizar las escaleras tubulares de acceso al vaso, siendo recomendable también la desinfección de este material tres o cuatro veces al día.

Cada calle será designada a un deportista en cada periodo de entrenamiento, a excepción de los nadadores que vivan juntos, que podrán entrenar en la misma calle.

En el caso de las clases de enseñanza o iniciación, la RFEN remarca que "los monitores o profesores deben impartir las clases desde el borde de la piscina evitando el contacto directo con los alumnos". Los participantes deben guardar una distancia entre sí de 2 metros.

Esta distancia de seguridad no debe ser inferior a 1,5 metros en el caso de los entrenamientos de waterpolo, natación artística o saltos.

Cuando se utilicen, los balones deberán ser desinfectados antes y después del entrenamiento en un recipiente.

La RFEN también recuerda que "parece ser que el agua de la piscina no actúa como vector de transmisión de la COVID-19, aunque durante el entrenamiento esté en contacto con fluidos corporales (saliva) o en contacto directo de ojos, nariz y boca". Recomienda, en todo caso, "como medida preventiva ducharse antes del ingreso en el agua, en las duchas habilitadas en la playa de la piscina".

En cuanto al posible entrenamiento en el mar, la RFEN afirma que el agua de mar es una solución hipertónica, lo que hace difícil la presencia del virus, aunque éste se ha detectado en heces, lo que sugiere la posibilidad de transmisión fecal oral en mar, lagos, pantanos, ríos o embalses que pudieran estar contaminados.