El gran sueño está solo a un paso

La selección española quiere rubricar el Mundial con el oro

La selección española quiere rubricar el Mundial con el oro / EFE

Xavi Martínez Olivar

Xavi Martínez Olivar

El gran día ha llegado A  la selección española le  falta un último esfuerzo para alcanzar la gloria y poderse proclamar, trece años después, otra vez campeona del Mundo. El último obstáculo este domingo (14.00 h.) será una Argentina aguerrida, solidaria que sueña también con su segundo cetro mundialista, aunque el primero ya quede muy lejos ya que llegó en la primera edición de la Copa del Mundo celebrada en 1950.

Ambos se citan para el pulso definitivo después de haber roto los favoritismos que hace un mes se repartían Estados Unidos y Serbia, los grandes candidatos a luchar por el oro. Dos escuadra que, a la hora de la verdad, han quedado lejos de la lucha por las medallas.

La roja y la albiceleste reeditarán , precisamente, el duelo del Mundial 2006, en aquella ocasión en semifinales, y que España -a la postre campeona- se acabaría llevando in extremis (75-74).

El perfil de ambos combinados aventura un pulso racial. Esta España, como ha venido siendo norma, ha sabido crecer a lo largo del torneo merced a su fe,capacidad de sacrificio defensivo y convicción en la tarea del colectivo. Y eso le ha llevado hasta aquí de la mano de un Scariolo que tanto en cuartos como en semifinales dio un clínic en las dos mitades de la pista.

De esta manera, la selección, ha sabido superar ausencias ilustres en su roster de cara al torneo. Un día más, dos jugadores focalizarán laa atención. El timonel Ricky Rubio (15.9 puntos, 4.3 rebotes y 6.4 asistencias) que ha dad un paso adelante en este Mundial y está desbordante de confianza.

Y evidentemente el otro nombre subrayado en rojo es el de <strong>Marc Gasol</strong>. El mediano de la saga viene de protagonizar una puesta de ensueño ante Australia (33 puntos) que fue la ratificación de que Marc tiene plenamente interiorizado que debía ser el faro de este equipo (14.4 puntos, 5.3 rebotes y 3.7 asistencias le avalan). 

A su vera han crecido unos jugadores que han sabido aportar su granito de arena cada uno en su faceta. Como Llull, Ribas, Claver, Oriola,  los hermanos Hernangómez o un Rudy que está dando también clínics de como defender. Pese al cansancio acumulado en un torneo inmisericorde, los jugadores de Scariolo transmiten un mensaje unánime. Está muy bien haber llegado hasta aquí (será la undécima medalla en un torneo internacional en los últimos trece años) pero queremos más. Y ese más es el oro.

Pasión argentina

Pero para lograrlo se habrá de derribar  ese muro llamado <strong>Argentina</strong>. La albiceleste ha construido un grupo sólido y solidario que lleva trabajando más de cincuenta días. Ya no están hombres ilustres de antaño pero Sergio Hernández ha aglutinado un colectivo coriáceo. Duros en defensa, especialmente en el perímetro. Ahí radica también gran parte de su peligro con dos jugadores que serán compañeros esta temporada en el Madrid: Facundo Campazzo (13.6 puntos y 7.7 asistencias) y Nicolás Laprovittola (9 puntos y 4.1 asistencias).

Destaca también otro  madridista, Gabriel Deck, que en la selección argentina encuentra el protagonismo que le falta en el colectivo de Pablo Laso. A su vera, jugadores también con raíces ACB como Garino, Brussino o Delia, éste último en la pintura. Ahí, el equipo argentino tiene, en teoría, uno de sus puntos débiles. Pero la defensa solidaria, metiendo muchas manos sin miramientos, ha logrado minimizarlo y llevarla hasta aquí. 

De todos modos, ahí en la zona, emerge la figura de un ilustre veterano (39 años), Luis Scola que está jugando como en sus mejoress tiempos. Scola -aún sin equipo pero al que muchos colocan en el Madrid esta temporada- trabajó muy duro en verano. Y los resultados ahí están. El ala-pívot bonaerense está firmando números ejemplares: 19.3 puntos, 8,1 rebotes y 1,7 asistencias. Y más que su producción es la ascendencia que tiene entre sus compañeros.

Esos son los poderes de una Argentina que va a obligar a España a ponerse de nuevo el mono de trabajo para ganar. Pero el premio final bien vale un postrero esfuerzo..