Thiago Silva, el incomprensible MVP del Mundial de Clubes

El central del Chelsea, que cometió un penalti infantil que pudo costar el título, recibió el Balón de Oro del 'Mundialito'

Es la tercera vez en su carrera que Thiago Silva comete un penalti, evitable, por manos cuando disputa un balón aéreo

Resumen, goles y highlights del Chelsea 2-1 Palmeiras de la final del Mundial de Clubs

Resumen, goles y highlights del Chelsea 2-1 Palmeiras de la final del Mundial de Clubs / Perform

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Thiago Silva cometió un penalti infantil, absolutamente evitable, que estuvo a punto de costarle la final al Chelsea en el Mundial de Clubes... y la FIFA, de forma absolutamente incomprensible, lo acabó eligiendo el mejor del torneo, que se ha disputado en los Emiratos Árabes Unidos. Tras el triunfo de los Blues ante el Palmeiras (2-1, con goles de Lukaku y Havertz desde el punto de penalti en la prórroga), entregaron el Balón de Oro al veterano zaguero carioca. El de Plata fue para el delantero Dudu (Palmeiras) y el de bronce, que completó un pódium solo formado por jugadores brasileños, fue para el prometedor Danilo (Palmeiras).

El mejor futbolista del Chelsea de la final fue, sin duda, César Azpilicueta, el capitán de los londinenses, que el Barça tiene en su agenda para el próximo verano. Fue él quien forzó el penalti que acabó decantando la final y, con el que se pasó página a la pena máxima cometida por Thiago Silva.

THIAGO SILVA ES REINCIDENTE

Cuando el Chelsea había abierto el marcador, con un cabezazo imperial de Lukaku, y el Palmeiras estaba grogui, Thiago Silva hizo un penalti en un lance sin peligro. En un balón aéreo dividido con el paraguayo Gustavo Gómez, abrió el brazo y el balón le acabó impactando. Una acción propia de juvenil, cometida por un zaguero de 37 años, a quien Tite insiste en llevarse a la Seleçao y que todo apunta que estará en Catar 2022. Algo que en Brasil provoca pánico.

Esta es la tercera vez en su carrera que Thiago Silva comete un penalti de estas características, subiendo con los brazos abiertos hacia arriba de forma temeraria, porque no le sirve para ganar la posición al contrario y acaba teniendo consecuencias nefastas.

La primera ocasión fue la temporada 2014-15, con el PSG, precisamente contra su actual equipo, el Chelsea, en los octavos de final de la Champions League. El segundo lance, prácticamente idéntico, llegó meses después, en la Copa América 2015, en Chile, en cuartos de final contra Paraguay, en un partido en que la selección de Dunga acabó siendo eliminada en la tanda de penaltis. Y, ahora, llega el tercero que podría haber tenido consecuencias nefastas.