River Plate soñaba con el Real Madrid y recibió un bofetón del Al Ain

La afición de River lloró la eliminación de su equipo ante el Al Ain en la semifinal del Mundial de Clubes

La afición de River lloró la eliminación de su equipo ante el Al Ain en la semifinal del Mundial de Clubes / EFE

Vero Brunati

Vero Brunati

Duró poco la euforia de River sacando pecho de Campeón de América en la lejana Abu Dhabi. Y el sueño de conseguir la hazaña de ganarle en la final del Mundial de Clubes al Real Madrid chocó con un rival impensado: Al Ain FC, el campeón de los Emiratos Árabes. Parecía un escollo menor teniendo en cuenta el gran objetivo que era derribar al coloso blanco en la final. Pero fue el verdugo que puso fin a la ilusión millonaria de convalidar su éxitoso ciclo a nivel mundial. 

La derrota por penales, después igualar el partido 2-2 es un fuerte y contundente bofetón de un equipo que soñaba con cerrar el año 2018 campeón del mundo. Mucho incluso se habló en la prensa, y entre los hinchas en los días previos a su debut en la competencia que el Madrid de Solari sería un rival menos imbatible, también por la ausencia de Cristiano Ronaldo. Y el mundo River se dejó obnubilar por el final del recorrido subestimando las dificultades previas.

No pudo ser

Marcelo Gallardo había conseguido como entrenador su noveno título internacional con la obtención de la Copa Libertadores, alcanzando a Ramón Diaz. Y en el estaban depositadas todas las esperanzas rojiblancas de llevar a River al éxito logrado por Carlos Bianchi al frente de Boca Juniors, el último entrenador argentino en lograr ser campeón del Mundo derrotando a Milan en 2003. Es el único título que le falta al "Muñeco" para condecorar su ciclo dorado al frente del equipo en el cual ya era ídolo como jugador, y más aún como entrenador. 

Hasta el partido de hoy, el equipo Millonario llegó a Emiratos envalentonado después de haberse coronado con la victoria de la final de Copa Libertadores frente al histórico rival, Boca Juniors en Madrid. Sin embargo, la gloria reciente no alcanzó para que el equipo mostrara su mejor versión ante Al Ain FC, un rival que de antemano parecía de menor jerarquía que el campeón sudamericano. 

Esta vez, y en un partido definitorio, a River le costó enfocarse e imponer sus condiciones. También incluso sostener la el ritmo que le impuso el equipo árabe. Ni siquiera estuvieron acertados sus jugadores en la toma de decisiones, y sufrió en los disparos de pelota parada. 

En la primera parte, tuvo algunas situaciones favorables para resolver el duelo, no supo aprovecharlas. Extrañó la circulación de pelota de su estrella, Pity Martínez quien además falló un penal que pudo significar la victoria, su as en la manga, Juan Fer Quinteros, quien resolvió el pleito con Boca en la final de la Copa Libertadores estuvo apagado e impreciso, y también su goleador  Lucas Pratto. Tampoco estuvieron firmes su pareja de centrales, menos Montiel que sufrió para marcar a Caio

La peor cara de River

River no le faltó motivación pero estuvo a contrapié de su mejor versión visualizándose ya en la final del Mundial. Y no mostró su peor cara en la  presentación en la competición: la que somete a los rivales con la supremacía de la tenencia de la pelota y que los derriba moralmente con la eficacia de sus delanteros. Y se encontró con un equipo ambicioso y sin complejos, que siempre supo como causarle peligro y lastimarlo sin hacer demasiado para ello. Tampoco acertó el entrenador en la lectura de lo que necesitaba su equipo en el partido. Y fue quizás una de las peores derrotas de su ciclo. 

Ni siquiera las manos mágicas de Franco Armani, el mejor arquero del fútbol argentino lo salvaron esta vez. Tampoco la corazón caliente de Enzo Pérez que falló en la tanda de penales en el remate final que le dio la victoria a Al Ain

River muchas veces en estos cuatro años con Marcelo Gallardo supo dar el golpe y ganar partidos y campeonatos ante rivales muy superiores a Al Ain. Pero hoy no supo como sacarse de encima la resaca de haber conseguido la Copa Libertadores ante su máximo rival, para centrarse en un reto mucho mayor como plantar cara al Real Madrid, y ganarle en una final de Clubes.