Brasil se aburre de ganar

La Seleçao se impone a Venezuela (1-3) en un partido muy gris que definió a balón parado

Sin Neymar y jugando de forma muy burocrática, los brasileños enlazaron el noveno triunfo consecutivo

Victoria fácil de Brasil ante Venezuela

Victoria fácil de Brasil ante Venezuela / PERFORM

Joaquim Piera

Joaquim Piera

Brasil también sabe ganar sin Neymar Jr. La Canarinha amplió su expediente inmaculado en las eliminatorias sudamericanas sumando su novena victoria consecutiva en nueve partido disputados. En esta ocasión, venció a la Vinotinto por 1-3, en un partido convertido en un bostezo eterno.

Venezuela - Brasil

Eliminatorias sudamericanas Catar 2022

1
3
Alineaciones
Venezuela
Graterol, Hernández, Mejías (Jhon Chancellor, 45'), Ferraresi, Óscar González, Rincón (Moreno, 73'), José Martínez, Soteldo, Machís (Sergio Córdova, 73'), Peñaranda (Bello, 58') y Eric Ramírez
Brasil
Alisson, Danilo (Emerson Royal, 76'), Marquinhos, Thiago Silva, Guilherme Arana (Alex Sandro, 90'), Fabinho, Éverton Ribeiro (Raphinha, 45'), Gerson, Lucas Paquetá (Vinicius Jr., 62'), Gabigol y Gabriel Jesus (Antony, 76')..

Ni la ausencia del 10 del PSG, que estaba sancionado por acumulación de tarjetas, ni la virtual clasificación para Catar 2022, ni las supuestas probaturas tácticas de Tite pueden servir de coartada por el deplorable partido que ofreció Brasil. Derrotó al colista porque un mundo separa a las dos selecciones, pero hace demasiado tiempo que los brasileños no firman una actuación convincente. El resultadismo está tapando las carencias de una selección rocosa pero sin brillo alguno.

Brasil afrontó el partido con desdén y pereza. Y Venezuela lo aprovechó para adelantarse (min. 10) en un jugada en que Yeferson Soteldo, internándose con habilidad, centró para que Eric Ramírez rematase libre con la cabeza, tras un grotesco doble resbalón de Fabinho y Marquinhos.

No se preocupó en exceso la Canarinha, que puso una marcha más convencida que acabaría imponiéndose por selección natural. Solo Éverton Ribeiro puso algo de brío, consciente que puede hacerse con la posición que tendría que ocupar un Philippe Coutinho en horas bajas (y no convocado por Tite). Y el empate brasileño casi llega por generación espontánea cuando Ferraresi estampó un rechace en el larguero de su propia portería.

El partido siguió transitando en medio de la apatía, la lentitud y la dejadez brasileña. No había ningún plan táctico definido de una Seleçao, en que cada ataque acababa desembocando en una concatenación de errores no forzados. La Vinotinto, en cambio, ofrecía una imagen mucho más digna, jugando mejor sus armas: bien replegada e intentando conectar alguna contra... y con la hinchada local celebrándolo con olés. Y así se llegó al descanso.

EL RECURSO DE LA PIZARRA

Tite acumuló delanteros con la entrada de Raphinha y Vinicius Jr. y su 4-2-4 no mejoró en nada las prestaciones ofensivas. Brasil continuó discontinuo y con las revoluciones demasiado bajas. Acabó dando la vuelta al marcador en el último tercio del encuentro de la única forma posible: a balón parado, un recursos demasiado ramplón para la grandeza de la Canarinha.

El 1-1 fue en un córner servido por Raphinha y rematado con un certero testarazo de Marquinhos (min. 70). Y el 1-2 llegó en un penalti indiscutible cometido por Gónzalez sobre Gabigol, que él mismo transformó (min. 84).

El 1-3 definitivo lo puso Antony, cuando el partido ya expiraba, tras una asistencia de Raphinha (la aportación del jugador del Leeds fue de lo mejorcito del encuentro). Demasiado premio por los brasileños, que el domingo tienen un partido de nivel en Barranquilla ante una Colombia que necesita los puntos para mantenerse en la lucha para ir a Catar.