Atletismo

Usain Bolt, punto y final

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Usain Bolt, en la hora del adiós / AFP

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

Inmejorable, imparable, eterno... ¿Eterno? Se acabó lo que se daba. Todo tiene un fin. Es ley de vida. Este sábado se apagará una lucecita en la noche estrellada londinente. Usain Bolt, si no ocurre un cataclismo, participará en su última carrera. Será en la final de 4x100 metros prevista para  las 22.50 h. (en España).

Los Mundiales que el domingo finalizan han sido el escenario escogido por el jamaicano para despedirse oficialmente de su deporte, el atletismo. Esa disciplina que ha elevado a los altares. Claro que para que eso ocurra, el cuarteto caribeño tendrá que clasificarse antes en las series que se disputarán mañana, 11.55h –el Relámpago de Trelawny decidió a última hora participar en esa ronda, según desveló elste viernes. Es un ‘regalo’ que brinda a la afición.

Bolt anda tristón y cabizbajo estos días. Quiso que los Mundiales de Londres fueran un homenaje a su persona, pero las cosas se torcieron tras una mala actuación en la final de los 100 metros. Acabó tercero tras dos velocistas estadounidenses, el odiado Justin Gatlin, que a sus 35 años ganó el oro y el joven y prometedor Christian Coleman (21), plata. Pese al tropiezo, el mundo entero le aclamó como la leyenda que es pero una voz interior maldijo frustrada por ese mediático revolcón.

Bolt ha sido el mejor actor del atletismo y, con toda seguridad, de toda la panoplia de deportes. Nadie como él ha llevado la mágia al rincón más apartado del planeta. Pero toda esa magia trastabilló tras una desastrosa salida. A pesar de que posó para todos los selfies que le pidieron los aficionados tras la carrera, demostró una gracia y una deportividad en la derrota poco habitual en una figura de su dimensión. Alguien dijo que fue la derrota más alegre de los Mundiales. El público lo aclamó como si hubiera sido el vencedor. Y él usurpó el papel que, en buena lid, le hubiera correspondido al abucheado Gatlin, que ni siquiera en su día de gloria pudo disfrutar del éxito.

El día de las leyendas

Bolt tendrá este sábado la última oportunidad para enmendar la plana en un relevo que a Jamaica le viene que ni pintado. Eso es lo que espera, al menos, el vigente plusmarquista mundial de 100 (9.58) y de 200 (19.19) que, por cierto, consciente de que su estado de forma no era el ideal, desistió de correr esta prueba, su distancia preferida. Visto lo visto, mejor le hubiera ido afrontar esta disciplina que ganó un turco nacido en Azerbaiyán, Ramil Guliyev (27), con un mediocre crono de 20.09. La edad (30) le pasó factura. Y también la resaca de una temporada gris y rácana en la que apenas se dejó ver más que en tres ocasiones (solo en una de ellas consiguió bajar de 10 segundos. Los años no perdonan. Ya dije, es ley de vida.

A diferencia de Bolt, el ídolo local Mo Farah, ha decidido estirar un poco más su dilatada carrera deportiva y se despedirá de las pistas tras la reunión de Zurich, perteneciente a la Liga de Diamante, el próximo 24 de agosto. Después de esa fecha, se dedicará en exclusiva a las pruebas de carretera.  Pero el cuádruple campeón olímpico, ya ganador de los 10.000 metros en los Mundiales de Londres, tratará de alcanzar este sábado un nuevo doblete en la final de los 5.000 metros, algo que ya hizo en los Juegos de Londres 2012 y en los de Río 2016 y en los Mundiales de 2013 y de 2015. Será un día de gigantes.