Los inconvenientes de los coches autónomos

La industria de la automoción avanza a pasos agigantados y el futuro de los autónomos está cada vez más cerca, ya que a cada día que pasa existen más prototipos de coches que se conducirán a si mismos. De hecho, empresas como Audi, BMW, Tesla y Google se encuentran trabajando ya en su desarrollo. La cantidad de ventajas que este tipo de coches ofrecen respecto a los tradicionales está muy por encima del número de inconvenientes. Y es que los autónomos dejan atrás los típicos errores humanos, reducen los problemas de tráfico, desaparecen las preocupaciones por estacionamiento, entre otros muchos beneficios.

Sin embargo, y aunque se hable menos de ellos, también existe una serie de inconvenientes que dificultarán su entrada en el mercado. El primero de los problemas es el coste de este tipo de vehículos, ya que el gasto que supondría costear un coche autónomo solo permitiría a unos pocos privilegiados hacerse con él. Pero lo cierto es que lo más normal es que se vayan abaratando con el paso del tiempo y a medida que se vayan introduciendo en nuestras vidas diarias, aunque aún falte mucho para llegar a este punto.

Otro de los problemas que acarrearía el uso de vehículos autónomos, aunque cueste imaginarlo, es la contaminación. Unas líneas más arriba, cuando comentábamos sus ventajas, hemos hablado de la desaparición de nuestros problemas diarios para encontrar aparcamiento. Si condujésemos un vehículo autónomo y no encontráramos lugar para estacionar, el coche nos dejaría en nuestro destino y seguiría dando vueltas. He ahí el problema. El autónomo puede acabar creando más problemas de contaminación que los actuales, a no ser que se ponga mucho empeño y esfuerzo en controlar que este tipo de vehículos sean eléctricos o híbridos.

Por otro lado, los autónomos necesitan satélites para funcionar, por lo que la privacidad de nuestras vidas se perdería en gran medida. Y es que, con el uso de los satélites, los datos de las localizaciones de las personas podrán estar disponibles para terceras personas. Será imprescindible que las empresas que manejen estos datos traten de evitar esa posible invasión de la privacidad.