APTITUDES PSICOFÍSICAS

Los factores que influyen en el estado físico del conductor

Para conducir, además de los conocimientos teórico-prácticos, también debes contar con unas aptitudes psicofísicas.

La distracción al volante es un importante peligro

La distracción al volante es un importante peligro / DGT

Existen muchos factores que influyen en nuestro estado físico a la hora de conducir y que pueden contribuir a aumentar las posibilidades de sufrir un incidente o, incluso, un accidente de tráfico. Es esencial conocer cuáles son algunos de estos factores más comunes para poder detectarlos y contrarrestar su efecto para evitar que afecten a nuestra conducción. Por ello, desde Motor Zeta, te ayudamos a recordar aquellos más frecuentes, con la intención de hacer de las carreteras un lugar más seguro, tanto para nosotros mismos como para el resto de usuarios.

Las enfermedades y los medicamentos. Es un hecho que las enfermedades afectan la capacidad para conducir un vehículo. Sin embargo, algunas influyen de forma leve (resfriados, dolencias musculares, etc.), mientras que otras lo hacen de manera más grave (infartos, enfermedades neurológicas, etc.). Aun así, no nos podemos confiar que un simple resfriado no pueda afectar a la conducción, ya que algunos de sus síntomas pueden ser la somnolencia y la pérdida de atención, algo que puede acabar resultando muy peligroso. Por otro lado, los medicamentos también pueden provocarnos efectos como mareos, sueño, visión borrosa, ansiedad, hipotensión y lentitud de movimientos, entre muchos otros, por lo que también debemos ir con cuidado a la hora de tomarlos y conducir. Lo más apropiado siempre es preguntar a nuestro médico y seguir sus indicaciones, algo que nos ayudará a disminuir el riesgo de sufrir un accidente en carretera.

La fatiga. La fatiga supone un descenso en la capacidad del conductor, manifestándose en cansancio corporal y en la disminución de la concentración. Por ello, también puede suponer un peligro si se padece mientras se conduce, algo que se debe evitar. Uno de los principales peligros de la fatiga es que los primeros síntomas pueden pasar desapercibidos, por lo que no nos daremos cuenta hasta que sus efectos sean realmente peligrosos. Muchas veces, la fatiga puede verse facilitada por las circunstancias relacionadas con la misma vía, el vehículo y el conductor, así que debemos tener cuidado con ella, ya que puede causar efectos tan adversos como cansancio físico y psíquico, lentitud y falta de precisión en los movimientos, disminución de la atención o vigilancia, aumento del tiempo de reacción o pérdida de la sensación de velocidad.

El sueño. Dormir es imprescindible y no hacerlo puede producir trastornos físicos y psíquicos que pueden afectar a la conducción -como a muchas otras actividades de la vida cotidiana-. La falta de sueño puede provocar disminución de la capacidad de reacción, visión borrosa, fatiga ocular, mayor sensibilidad al deslumbramiento, alteraciones motrices, aumento de la distracción y alteración de la capacidad para tomar decisiones, cometiéndose más errores en la conducción, entre muchos otros efectos. Por lo que las recomendaciones ante estos síntomas pueden ser algunas como descansar con más frecuencia para romper la monotonía, mantener el vehículo bien ventilado, tomar algún café o refrescarse la cabeza y los brazos con agua bien fría.

La distracción. Cuando se conduce un vehículo, hay algo esencial que es mantener la concentración. Las distracciones, sin embargo, son el factor de riesgo que más ha aumentado en los últimos tiempos y son causa de un gran número de accidentes. Este tipo de accidentes afectan, sobre todo, a los conductores más jóvenes, y a aquellos conductores que suelen ir acompañados, además de ocurrir con mayor frecuencia en verano, por lo que es importante extremar la precaución. Además, hay una serie de conductas por parte del conductor que favorecen la distracción, como manejar el sistema de música, el navegador GPS o el teléfono móvil, además de conversar o discutir con otro pasajero o comer, beber y fumar mientras se conduce. Así, debemos ser conscientes de los peligros a los que nos exponemos cuando nos distraemos, y también a los que exponemos al resto de conductores de nuestro alrededor.

La vista. Por los ojos se perciben los estímulos ópticos como la luz, las señales, la configuración, el estado de la vía, etc. Por lo que es necesario ver bien, saber ver y ver con anticipación y rapidez. Así, el sentido de la vista debe permitirnos contar con una visión adecuada, teniendo en cuenta que hay deficiencias visuales que pueden suplirse mediante cristales correctores. También es importante vigilar el buen estado de la visión durante la conducción nocturna y combatir los deslumbramientos, ya que pueden llegar a ocasionar accidentes en carretera.

El oído. El oído es esencial en la conducción, ya que distingue entre tonos y ruidos y localiza la dirección y la procedencia del sonido. Por lo tanto, las deficiencias del oído que no puedan corregirse, serán motivo de la no obtención del permiso de conducir ordinario, aunque sí de uno especial con limitaciones. Otras conductas, como llevar muy alta la música, también pueden impedir una correcta escucha del conductor, algo que supondrá un peligro más, totalmente innecesario.