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Las cinco averías más comunes en verano

Las altas temperaturas y los trayectos largos favorecen el deterioro de determinadas piezas del coche.

Coche averiado

Coche averiado. / AGENCIAS

Redacción

El verano se acostumbra a asociar con una disminución de preocupaciones y de obligaciones, sin embargo, no podemos olvidar el mantenimiento de nuestro coche. Y es que esta época del año es reconocida por muchos como la mejor del año. La playa, el sol y el calor hacen de julio y agosto los meses más deseados. Trabajamos todo el año pensando en las vacaciones y nunca, o casi nunca, nos decepcionan. Sin embargo, el verano también alberga horrores, y uno de ellos es la cantidad de averías que sufren nuestros vehículos en estos meses. Los viajes en coche por vacaciones aumentan las posibilidades de que tu querido coche sufra un incidente mecánico.

Según estimaciones del Raccmás de un millón de vehículos necesitarán este año asistencia en carretera por algún tipo de fallo. Los viajes más largos y las condiciones climáticas del verano lo convierten en una estación muy propensa a sufrir averías. Estos son los elementos que más fallan durante los meses estivales.

La batería. Cuando la batería de nuestro coche se quede sin energía, en el mejor de los casos, el vehículo no arrancará cuando queremos salir de casa. Si tenemos poca suerte, a lo mejor nos podemos quedar tirados en alguna gasolinera o área de servicio. En estos casos, no conviene que nos aventuremos a realizar el cambio de batería nosotros mismos, sino que llamemos a un taller profesional.

El aire acondicionado. Durante la época más calurosa del año, es común abusar del aire acondicionado. Sin embargo, esta práctica puede llevar a que se deterioren las tuberías que lo transportan. Las fugas son algo muy frecuente en este tipo de averías, por lo que es muy recomendable revisarlas antes de la llegada del verano.

Los neumáticos. En verano, el asfalto abrasa. Está muy caliente y quema cualquier cosa. Los neumáticos no son una excepción. Y si a esto le añadimos un viaje de muchos kilómetros, el resultado es evidente. Por ello, es conveniente revisar cómo de desgastados tenemos los neumáticos antes de emprender nuestro viaje.

El sistema de refrigeración del motor. Si este sistema falla, podemos afectar al bloque de motor entero. Por ello, es esencial controlar que este sistema esté en las mejores condiciones. Con el calor, la temperatura del aceite suele ser algo más elevada. Y más si estamos en un atasco. El electroventilador, la pieza encargada de refrigerar el motor mientras el coche está parado, es otra de las piezas más dadas a estropearse en verano.

El alternador. Esta pieza convierte la energía mecánica en energía eléctrica. De la misma manera que ocurre con el aire acondicionado y con el sistema de refrigeración del motor, su uso excesivo contribuye a darle mucho más trabajo de lo habitual al alternador. Por ello, es otra pieza que, de estar deteriorada, puede averiarse.