SEAT

Así se pinta un coche en la fábrica de Seat

Para pintar un coche se necesitan 84 robots, 5.000 litros de pintura y 3 años.

Parte del proceso de pintar un coche

Parte del proceso de pintar un coche / SEAT

El proceso de fabricación de un coche engloba muchos procesos a su vez. Uno de ellos es el de la pintura y... ¡Ni te imaginas las horas que se requieren para ello! Ni las horas, ni los litros de pintura. Y es que se necesitan unos 5.000 litros para acabar de pintar un vehículo cualquiera. El viaje del color, como lo llaman en Seat, nace con un estudio de mercado y termina con la aplicación de la pintura sobre el coche. Desde ese primer momento hasta el último, pasan ni más ni menos que tres años en los que el vehículo tomará color.

1.000 litros de pintura para una sinfonía de colores. Antes que nada, un equipo especializado se dedica a analizar las tendencias de mercado con la intención de proponer la paleta de colores de los modelos que se lanzarán. Jordi Font, personal del departamento de Color&Trim de Seat, comenta que "además de seguir las modas, la definición de un nuevo tono es también algo muy intuitivo". "Se tiene que sentir el pálpito de la calle y plasmarlo", añade Font.

Ciencia tras un Pantone. Después, en el laboratorio, se realizan las mezclas que convertirán el trabajo de creación de un nuevo color en un ejercicio puramente químico. "Con la mezcla de 50 pigmentos diferentes y partículas metálicas se han acabado creando casi 100 variaciones de un mismo color para ver qué matiz encaja mejor", comenta Carol Gómez, del departamento de Color&Trim.

De las formulaciones matemáticas a la realidad. Una vez creado el color, se tiene que probar sobre chapa para ver su aplicación y el efecto visual que produce. Jesús Guzmán, también del departamento de Color&Trim, asegura que "se comprueban los matices y la profundidad del tono en piezas expuestas a la luz solar y a la sombra para asegurar que el color aplicado se corresponde con el que se había diseñado".

Un quirófano donde operan 84 robots. Después, los coches se pintan a una temperatura de entre 21 y 25 grados, utilizando dos kilos y medio de esmalte, 84 robots y necesitando siete capas de pintura en total que se secarán posteriormente en un horno a 140 grados.

Un TAC que lo ve todo. Por último, solo 43 segundos bastan para comprobar que no haya ninguna anomalía en la aplicación de la pintura, pasando el vehículo por un escáner que revisa la uniformidad y que no haya impurezas.