CONDUCCIÓN COLABORATIVA

Toda la información a nuestro alcance con Waze

La aplicación social sigue trabajando para conseguir sinergias con gobiernos y departamentos de tráfico

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Imagen proyectada durante la aparición de Jens Baron en el Automobile de Barcelona / MOTOR

Mikel Rubio

Mikel Rubio

Sales de casa, tienes 20 minutos para llegar al trabajo y no tienes ni idea de lo que te puedes encontrar de camino a la oficina. Abres la app de Waze en tu vehículo y es en ese momento cuando te das cuenta de que no estás solo, sino que cuentas con la colaboración e información que día a día más millones de Wazers (así se denomina a los usuarios de esta herramienta) aportan para hacer que nuestro camino sea lo más breve y ameno posible.

Esta aplicación creada hace más de 10 años por tres jóvenes en Israel, ha superado todo tipo de límites y se ha convertido en uno de los referentes a la hora de elegir un asistente de conducción. La eficacia de este proyecto se basa en la colaboración voluntaria de sus usuarios que informan en tiempo real de lo que ocurre a su alrededor, enviando así información valiosísima para que los demás aprovechen a la hora de planear su camino.

El funcionamiento es muy simple, el GPS mide en todo momento el posicionamiento del coche y detecta si el tráfico avanza a una velocidad anormalmente menor a la permitida en la vía, de esa manera informa a todos los demás usuarios de que en ese sector puede que haya un atasco y así puedan evitarlo. Pero no termina aquí la cosa, si algún usuario presencia algo que los demás necesiten saber, ya sea un accidente, un desperfecto en la carretera o algún otro problema, tiene la voluntad de informarlo a otros usuarios.

La revolución en este sentido se ha estado gestando en los dos. La empresa, propiedad de Google, está consiguiendo cerrar acuerdos estratégicos con más de 250 gobiernos centrales, municipios y departamentos de tráfico de todo el mundo para permitir que el flujo de información entre unos y otros beneficie directamente de manera positiva a los usuarios de esta aplicación. Waze se encarga de enviar los datos que recoge tanto por el GPS como por sus usuario, informando así de todos los imprevistos que sucedan en la carretera, y por el otro lado, estas organizaciones, entre las que ya se encuentran por ejemplo ciudades como BarcelonaWashingtonJakarta y otras muchas, transfieren la información del resto de incidentes previstos en las agendas, como cortes de carreteras, trabajos de mantenimiento en las autovías o simplemente por dónde transcurre en cada momento el camión de la basura.

Jens Baron, jefe de producto de In Car Aplications de Waze, ha explicado a los asistentes a su charla hoy a la mañana en el Automobile de Barcelona que todo este flujo de información tiene como único y simple objetivo “ahorrar tiempo a sus usuarios”. Baron defiende que Waze no es un navegador al uso, sino que se trata de una aplicación social que se beneficia de la información transmitida por sus millones de usuarios. Waze ya ha conseguido reducir la congestión de tráfico de ciudades tan transitadas como Rio de Janeiro, Boston o Jakarta, la peor pesadilla de los conductores de coche y moto.

AHORA TAMBIÉN EN EL COCHE

Google, a través de Waze, está intentando mantener su liderato en el área de los navegadores y para ello se está embarcando en diferentes proyectos que permitirán a la empresa dar un salto de calidad en el servicio ofrecido a sus usuarios. En primer lugar, Waze se ha aliado con varios fabricantes, entre los que se sitúa Seat, que pretende incorporar este navegador en el ordenador de sus modelos para conseguir la mejor experiencia de conducción conectada dentro de unos años. Por otro lado, Waze se lanza a la conquista de la conducción colaborativa para competir con empresas como Uber y Blablacar. En esencia, esta nueva aplicación que se llama Waze Carpool rivaliza más con Blablacar que con Uber, pero también pretende hacerle frente al gigante del transporte. Esta nueva plataforma se empezó a poner a prueba en San Francisco, donde ya operan varias aplicaciones similares, y su funcionamiento trata de poner en contacto conductores que tengan una ruta fija diaria con el objetivo de que compartan el automóvil, ahorren en gasolina y reducir el número de vehículos en las carreteras. La principal diferencia es que los usuario no tendrán que pagar nada a la empresa sino que tendrán que pagar directamente a los conductores por los kilómetros realizados, siendo el coste de 48 céntimos de euro por cada milla (1.61 kilómetros).