Ogier y la suerte del campeón

Ogier bajo la nieve en Monza.

Ogier bajo la nieve en Monza. / EFE

Arnau Montserrat

Para ser campeón hay que tener la fortuna de tu lado. Cuando eres siete veces cameón del mundo la suerte ya te acompaña allí donde vas.  Algo así le ocurrió a Sébastien Ogier el pasado fin de semana en Monza donde cosechó su séptima corona del Mundial de Rallies. Su victoria en territorio italiano cerró una pelea hasta la última prueba del peculiar calendario de WRC 2020 provocado por el Covid-19. El gran derrotado fue Elfyn Evans.

Se plantó al momento decisivo con 14 puntos de desventaja respecto a su compañero de equipo en Toyota que sucumbió a la presión. Un accidente en las etapas del sábado del piloto británico cedió en bandeja de plata el Mundial a Ogier que no desperdició la oportunidad. Allí apareció la suerte del campeón. “No vinimos aquí con el título en la mano. La temporada definitivamente ha sido especial, mucho más corta de lo esperado pero, como dije, al cruzar la línea de meta hoy, por supuesto que estoy feliz, pero no salté en el aire. No es el momento para eso, creo que el mundo entero está en una situación difícil y mucha gente está sufriendo. Espero que pronto podamos celebrar más”. 

Loeb en el horizonte

De francés a francés y tiro porque me toca. Incluso de Sébastien a Sébastien. Son los grandes dominadores de la competición. Del dominio de Loeb a la supremacía de Ogier, cortada el año pasado por un Ott Tänak que se atrevió a terminar una racha de seis campeoantos consecutivos por parte del francés de 36 años.

Ogier es ya heptacampeón del mundo y en el horizonte figuran los nueve que cosechó su compatriota Sébastien Loeb. Eso sí, él lo hizo de forma ininterrumpida, algo que no podrá emular Ogier. Lejos también quedan las 79 victorias que logró Loeb. El piloto actual de Toyota suma en su casillero 46.