Ogier gana su séptimo título al imponerse en el Rally de Monza

Sebastien Ogier brilló en unas condiciones muy difíciles

Sebastien Ogier brilló en unas condiciones muy difíciles / sport

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El francés Sébastien Ogier (Toyota) se convirtió en campeón del mundo de rallies por séptima vez en su carrera este domingo al apuntarse el Rally de Monza, su 49ª victoria en el WRC, por delante del estonio Ott Tänak y del cántabro Dani Sordo (Hyundai).

Después de cuatro títulos con Volkswagen (2013-2016) y dos con Ford (2017, 2018) en la escudería privada M-Sport, Ogier, de 36 años, emula a la leyenda finlandesa Juha Kankkünen, el único piloto campeón con vehículos de tres marcas diferentes (Peugeot, Lancia, Toyota).

El galo también iguala, en Fórmula 1, a Lewis Hamilton y Michael Schumacher, y 'solo' está a dos campeonatos de Sébastien Loeb, su antiguo rival y un piloto con el que mantuvo una gran rivalidad.

La única mancha en el triunfo final de Ogier fue el campeonato de constructores. La escudería Toyota finalizó segunda en el Mundial por detrás de Hyundai, que conservó el cetro merced al doble podio de Tänak y Sordo.

Condiciones infernales

A falta de un rally por disputar, Elfyn Evans era líder con 14 puntos de ventaja en el campeonato. Ogier no se escondió: "No tengo nada que perder, voy a intentarlo todo", dijo antes de esta séptima prueba de la temporada, inédita en el WRC. El triunfo de Ogier, sumado al hundimiento del galés Evans que sufrió una salida de pista en el undécimo tramol, celebrado el sábado, permitió al francés pasarle en la tabla y conseguir un éxito que ahora podría retrasar su retirada, ya que Ogier anunció antes de empezar el año que ésta era su última temporada.

En este último rally de 2020 se reunieron todo tipo de condiciones, con la ayuda de una clima invernal, para poner el broche final a una temporada que no fue como las otras. Durante el rally hubo lluvia, hielo, nieve, rutas de montaña -como en el Rally de Montecarlo- el sábado al norte de Bérgamo, momento en el que sucumbió Evans. También hubo árboles, pistas de tierra y charcos de fango, como cada otoño en Gran Bretaña, además de curvas en ángulo recto y chicanes estrechas el viernes y el domingo en el parque del Autódromo Nacional de Monza.

El rally se disputó a puerta cerrada y finalmente Ogier recuperaba el cetro mundial que le arrebató el año pasado Tänak.