RALLY MONTECARLO 2015

Laia Sanz: "A los hombres normales no les asusto"

Os descubrimos la otra cara de la piloto que ha sacado la cabeza con determinación y profesionalidad en un mundo de hombres.

Laia Sanz, una triunfadora en el Dakar

Laia Sanz, una triunfadora en el Dakar / sport

Carme Barceló

Tan fuerte, tan grande, tan valiente y tan tierna. Con esos ojos brillantes tatuados de dunas y la piel tostada y destrozada por el sol y el barro del desierto. Tan impresionantemente buena en lo suyo y tan poco reconocida. Laia Sanz ha tenido que llegar a la novena posición de la general en este Dakar para que más de uno y de una le ponga cara a esta mujer que ha consguido una auténtica proeza.

Acaba de aterrizar en Barcelona y solo ha tenido tiempo de “poner una lavadora, dormir unas horas en mi cama y buscar las botas y la cazadora para esta sesión, que no sé ni donde las tenía”. Los complementos llegan a tiempo. Los trae el hombre de su vida, un piloto que escribió y le dedicó en su cuenta de Instagram uno de los post más bellos que he leído.

En la foto, coge entre sus manos la cara sucia de su chica, agotada y feliz. Pedro abraza a su “menhina”, a su campeona con la que ha llorado, reído y sufrido estos quince días en el rally. Laia confiesa haberlo pasado “bien, mal, muy mal y regular. He tenido altibajos, he acabado harta de comer barritas, geles, frutos secos y pasta y de dormir poco o nada. Pero estoy feliz. Ha sido el año más duro pero todo, absolutamente todo, ha valido la pena”.

Vive entre hombres desde que tiene uso de razón. Hombres que la aceptan y otros que no tanto. Lo tiene asumido. Cuando empezó, “todo era mucho más difícil. Ahora empieza a estar más normalizado. No lo digo solo por mí sino por el deporte femenino en general. Antes, o eras un bicho raro o un marimacho”. Algunos comensales la miran de lejos con admiración. ¿Y miedo? “A los hombres normales no les asusto. A los que tienen problemas de autoestima, imagino que sí”, me dice riendo.

“Cada vez somos más las mujeres que llegamos a puestos que siempre ocupaban hombres y ello responde a la evolución de nuestro sexo, a nuestra determinación y a las ganas que tenemos de trabajar, de luchar y de hacer cosas”, asegura Laia.

Atardece en la playa de la Barceloneta y tiene que correr -siempre la velocidad como marca de la casa- para no perder un puente aéreo. Revisa su móvil, con una playlist donde “se mezclan Eros Ramazzotti, Coldplay y Lluís Llach. Me gusta ir de un lado a otro. ¡Casi como en la vida!”.

La canción motivadora de este Dakar ha sido ‘Sirens call’, de Cats on Trees, que “da un subidón total. Te la recomiendo para ponerte a tono”. Tumbada en la arena, posa con naturalidad. Le quitamos un guante porque queremos mostrar a las dos Laias, a la mujer bella y a la piloto profesional capaz de estar entre los diez mejores del rally más duro del mundo. Ella es nuestra Lady Dakar. Para siempre.