Ssangyong Korando

Prueba del Ssangyong Korando, el SUV más 'europeo' de la marca

El nuevo Korando llega con una estética totalmente renovada, cargado de tecnología y con nuevos motores más eficientes.

Ssangyong Korando

Ssangyong Korando. / ÀLEX SOLER

Àlex Soler

Àlex Soler

La cuarta generación del Korando, el SUV medio de Ssangyong, se presentó como una revolución dentro de la marca coreana. Según la definición de la misma firma, este todocamino es el «Ssangyong más europeo, dinámico y seguro». Nada más lejos de la realidad, el nuevo Korando propone un diseño totalmente renovado, un arsenal tecnológico tanto de seguridad como de conectividad y nuevos motores que, dice la marca, son más eficientes.

En el plano estético la evolución es evidente, aunque sigue siendo un Ssangyong con sus características clásicas que gustarán a unos y alejarán a otros. En ese sentido, abandona las formas redondeadas de la anterior generación para presentarse como un SUV robusto, de líneas rectas, con nuevos grupos ópticos y una silueta totalmente renovada. La sensación es que es más atractivo y, ciertamente, más europeo, aunque mantiene rasgos que recuerdan al diseño que gusta en Asia, sobre todo en la trasera.

En el interior ocurre lo mismo. Podrá gustar o no, pero lo cierto es que la evolución es incluso más marcada en el habitáculo, con una clara mejora estética, de nuevo confiando en líneas más rectas, y tecnológica, con la introducción, en la unidad probada, correspondiente al acabado Limited Auto, de un cudro de instrumentos digital y una pantalla de ocho pulgadas. El sistema de infoentretenimiento es intuitivo y fácil de usar pero se echa mucho en falta la inclusión del navegador. Eliminarlo deja como única opción aprovechar las aplicaciones Android Auto o Apple CarPlay para usar el navegador del móvil en el coche, algo que no todos los usuarios querrán hacer. En general, la mejoría es notoria, aunque falta pulir aspectos como la navegación a través del panel de instrumentos, algo compleja de primeras que obligará a apartar la vista de la carretera más de lo recomendable.

En el aspecto práctico, su accesibilidad es muy buena, los asientos son cómodos, delante y detrás, aunque un adulto alto tocará con la cabeza en el techo en las plazas posteriores, la posición de conducción es correcta y la visibilidad, un punto fuerte en los SUV, es ideal para circular. Su maletero, de 423 litros, es más profundo que ancho, pero suficiente para escapadas y los quehaceres diarios.

Contrastes en marcha

Bajo el capó, un motor diésel de 1.6 litros y 140 CV asociado a una caja de cambios automática de seis relaciones se encarga de propulsarlo a través de las cuatro ruedas.

De primeras, el nuevo Ssangyong Korando transmite buenas sensaciones, tiene una aceleración contundente al acelerar desde parado que se suaviza conforme coge velocidad y que recupera el ritmo sin problemas, el cambio trabaja con cambios breves y precisos y la suspensión se muestra equilibrada, filtrando los baches para asegurar comodidad pero manteniéndose bastante estable, con poco margen para el subviraje a velocidades elevadas. En ciudad se desenvuelve con soltura y su maniobrabilidad es sorprendente para un coche de su tamaño.

Sin embargo, al salir de ciudad se notan algunos problemas. Su dirección es demasiado suave y, a veces poco precisa. Asimismo, su respuesta, cuando se debe cambiar de ritmo con frecuencia, es algo lenta y tanto el pedal del acelerador como la transmisión pecan de ello. En modo ‘Sport’, que precisamente actúa sobre estos elementos, corrige el problema de la dirección, endureciéndola ligeramente, y el de la transmisión pero no el de la respuesta que, de hecho, empeora por ser ahora más brusca. En este modo, además, apura más las marchas, provocando un incremento del ruido procedente del motor. En líneas generales es un vehículo cómodo y capaz de enlazar cambios de apoyo sin problemas y sus frenos ofrecen una respuesta digna de vehículos más potentes.

Ficha del Ssangyong Korando

En conclusión, el Korando llega muy mejorado, tanto estéticamente, como tecnológicamente. Dinámicamente es correcto, con un buen chasis y un motor capaz que consumirá entre cinco y 7,1 litros según la marcha y el modo de conducción. Hay margen de mejora en apartados como la respuesta del acelerador, pero no deja de ser un coche ideal para familias por su comodidad y su seguridad. Todo por un precio que alcanza, en la unidad probada, los 32.750 euros.