Citroën C4 SpaceTourer

Citroën C4 SpaceTourer, la opción lógica

Coches como el C4 SpaceTourer han perdido peso frente a los SUV, pero sus cualidades le convierten en la opción lógica.

Citroën C4 SpaceTourer.

Citroën C4 SpaceTourer. / CITROËN

Àlex Soler

Àlex Soler

Si hay un segmento que se ha visto penalizado por la irrupción de los SUV, es el de los familiares. En cifras, por ejemlo, Renault ha vendido 394 unidades de su familiar Espace hasta octubre, según datos de Anfac. Por contra, sus SUV Captur y Kadjar suman 16.458 y 10.758 unidades, respectivamente. Este fenómeno ha ocurrido en todas las marcas, también en Citroën, donde el C4 SpaceTourer se ve eclipsado por el C3 Aircross y el C5 Aircross.

No obstante, el familiar francés es una alternativa más que válida ante los todocaminos, con el espacio, la comodidad y el equipamiento como puntos fuertes. Cierto es que, estéticamente, los crossovers pueden ser más atractivos, pero sacrifican para ello aspectos como el espacio. En el C4 SpaceTourer la tendencia no varía y, si bien es cierto que comparte el ADN de diseño de Citroën, con elementos como los grupos ópticos dobles delanteros y sus posibilidades de personalización, quizá es menos llamativo que, por ejemplo, el C3 Aircross.

Espacio y confort

En una prueba exclusiva durante la Ruta Citroën, EL PERIÓDICO pudo comprobar las capacidades dinámicas del vehículo. Su interior es amplísimo, con una gran habitabilidad y tres plazas reales en la banqueta trasera aptas incluso para los adultos más altos. Para contrarrestar el efecto SUV, el familiar propone un interior con materiales de calidad y un acabado muy cuidado que se aproxima al segmento premium, con asientos de cuero, por ejemplo, entre sus opciones. El diseño, como todos los Citroën, es muy particular y no gustará a todos.

El C4 SpaceTourer solo se comercializa con un propulsor diésel BlueHDi de 130 CV. La unidad probada montaba la transmisión automática EAT8. En marcha, el familiar francés muestra un comportamiento dócil, muy tranquilo, con una aceleración lineal pero contundente y una recuperación aceptable. Destaca su estabilidad, en contra de lo que se podría pensar, permitiendo "jugar" con él y divertirse en carreteras con curvas, aunque dista mucho de ser un deportivo. Con un consumo cercano a los seis litros en la prueba, se pudo cubrir la ruta propuesta por la marca, entre Ponferrada y Vigo, sin necesidad de repostar.

Por encima de todo, sin embargo, llama la atención su comodidad. La amplitud del habitáculo juega a su favor también en este aspecto, haciendo que los viajes largos no se hagan demasiado pesados. Sus suspensiones filtran muy bien los baches y su interior está muy bien insonorizado, incluso a velocidades elevadas. No faltan, además, la mayoría de sistemas de seguridad habituales actualmente, como el control de crucero, el aviso precolisión o la alerta de cambio de carril. Sin duda, un vehículo que prioriza la practicidad a su imagen y ofrecerá todo lo que una familia necesita para moverse. Todo, desde 22.550 euros.