Niki Lauda, una vida de película

James Hunt y Niki Lauda, dos leyendas

James Hunt y Niki Lauda, duelo legendario / sport

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Niki Lauda fue el protagonista de una vida llena de éxitos, pero también de drama y superación. Si bien sus tres títulos mundiales en 1975, 1977 y 1984 son lo más destacable de su carrera, fue su personalidad arrebatadora y su capacidad para sobreponerse a su escalofriante accidente sufrido en Nürburgring en 1976 lo que le llevó a convertirse en un icono mundial.

Campeón sólido

Nacido en el seno de una familia de empresarios del sector del papel, Lauda debutó en la Fórmula 1 en 1971 en la escudería March, pero dio el gran salto cuando fue fichado por Ferrari en 1974. Solo un año después de debutar con la Scuderia ganó su primer campeonato de Fórmula 1.

Muchos dicen que su mayor virtud era la sangre fría, y no se equivocan. Un profesional en todos los sentidos. Niki Lauda ganó 25 carreras y  tres títulos mundiales. El primero fue en 1975. Gracias a sus victorias en Gran Premio de Mónaco, Bélgica, Suecia, Francia y Estados Unidos se coronó campeón con 64.5 puntos, casi 20 más que el brasileño Emerson Fittipaldi.

Vencer a la muerte

El 1 de agosto de 1976 se unieron dos factores letales: inexperiencia en organización y una pista en condiciones adversas. El 'infierno verde' de Nürburgring era un reto que nadie quería posponer, razón por la que se decidió competir a pesar de que el mismo Lauda recomendó no hacerlo. Perdió el control de su Ferrari y en cuestión de segundos el fuego se apoderó de su monoplaza. Se temió lo peor.

Harald Ert, Arturo Merzario y Guy Edwards se detuvieron a ayudar al piloto austriaco. Uno tiró del cuerpo mientras los otros vacíaban sus extinguidores. Lauda sufrió graves quemaduras en parte de su cuerpo y especialmente en la cara, que quedó desfigurada. 

El regreso más impresionante

A pesar del dramatismo del accidente y la gravedad de sus lesiones, Lauda volvió a competir apenas seis semanas más tarde, tras someterse a varias intervenciones y con una cambiada apariencia física producto del fuego.  Solo un año después se proclamó por segunda vez campeón de Fórmula 1 con Ferrari. Su rival era el no menos legendario James Hunt. Una historia en la que incluso Hollywood reparó para hacer el film 'Rush'

En 1979 abandonó de forma repentina la competición automovilística con la legendaria frase de "estoy harto de dar estúpidas vueltas" en un coche y se volcó en sus planes de fundar una aerolínea privada, en un momento en el que este sector estaba por completo en manos de empresas estatales en Europa. 

Tras fundar el híbrido de lo que iba a ser su primera aerolínea comercial, Lauda Air, volvió en 1981 a los circuitos, para conquistar en 1984 su tercer y último título con McLaren, al imponerse en un final de infarto, por medio punto, a Alain Prost. Un año más tarde Niki anunció su adiós definitivo de las carreras y empezó su segunda carrera, la de empresario aeronáutico.

Secuelas del accidente

El accidente lo obligó a hacerse dos trasplantes de riñón. Lauda jamás quiso operarse las cicatrices que le dejó el rostro desfigurado. Su mayor enseñanza es la que en todo momento es bueno analizar las cosas y que la mayor victoria es vivir. 

Siguió estando muy vinculado al mundo del motor y tras una etapa como comentarista de la televisión alemana, ejerció de asesor de Ferrari (1992-1997), director de Jaguar y en los últimos fue la mano derecha del jefe del equipo Mercedes, Toto Wolff.

Lauda no dejaba indifente con sus ácidos análisis, lo que le creó no pocos detractores en el paddock. Con su inconfundible gorra de color rojo, que tapaba las cicatrices del accidente sufrido en 1976, el Lauda comentarista de televisión no dejaba 'títere con cabeza', lo que le llevó a protagonizar sonados enfrentamientos, incluso con Fernando Alonso, al que criticó por su personalidad pero declaró su admiración incondicional como piloto. "Es el mejor, pero si ganamos no le necesitamos", dijo en plena rumorología sobre el fichaje del español por Mercedes.

Una vida de película

En 1996 publicó una autobiografía titulada "La Tercera Vida". En 2011 fue llevada del cine su histórica rivalidad con el británico James Hunt con la película "Rush". Y en 2015 publicó otro libro, titulado "Hablemos sobre dinero".

Entre 1976 y 1991 Lauda estuvo casado a Marlene Knaus (chilena de origen austríaco), con la que tuvo dos hijos Lukas (1979) y Mathias (1981), que se criaron en Ibiza. Ese mismo año de la separación de su mujer, Lauda vivió el momento más duro de su carrera como empresario al estrellarse en Tailandia un Boeing 767 de su aerolínea Lauda Air a causa de un problema técnico, con 223 pasajeros a bordo, que perdieron la vida.

En 2004, Lauda empezó a salir con la austríaca Birgit Wetzinger, 30 años más joven que él y azafata en una de sus aerolíneas. Tuvieron mellizos en 2009. Ella le donó un riñón, después de que dejara de funcionar el que le había donado en 1997 su hermano Florian

En la película 'Rush' el actor barcelonés Daniel Brühl encarnó a Lauda y para preparar su papel llegó convivir un tiempo con él. "Recuerdo el primer día que hablé con Niki. Me llamó para quedarme, me invitó a ir a Viena y me dijo: 'Traete solo equipaje de mano, porque si no nos entendemos te puedes volver directamente'. Así era Niki. Por suerte tuve que comprar ropa. Y en Viena noté que estaba feliz con que se hiciera la película, sobre todo gracias a la calidad del guión".

Brühl recordó algunas anécdotas de lo meticuloso que era Lauda: "La primera semana rodamos la rueda de prensa posterior al accidente de Nürburgring. Él la vio y me dijo:'Bien, bien, pero yo nunca he llevado el anillo de boda. Dile a la gente de vestuario que no quiero verlo más'. Así era él".

Incansable

A pesar de la enorme fortuna que Lauda logró acumular en su vida -la prensa austríaca habla de hasta 500 millones de euros- nunca dejó de estar activo y con ganas de hacer negocios.

A finales de 2017 lanzó un nuevo proyecto aeronáutico al comprar los restos de la quebrada Air Berlin para fundar Laudamotion, su tercera y última línea aérea comercial, centrada en vuelos a Alemania, a España y otros destinos turísticos en el sur de Europa.

Apenas medio año más tarde, Lauda vendió esta nueva aerolínea al gigante del low cost europeo Ryanair, en una operación en la que el temerario corredor y empresario volvió a ganar millones de euros.

Sin embargo, pocas semanas después Niki Lauda tuvo que someterse al trasplante de pulmón, tras contraer una infección por la gripe, del que al final nunca logró a recuperarse del todo y que desembocó en su fallecimiento la pasada noche.