CURSOS DE CONDUCCIÓN

Regreso a la escuela con Chicho Lorenzo

En los cursos de Lorenzo Competición enseñan desde a usuarios noveles a pilotos experimentados mezclando diversión y aprendizaje

Lorenzo Competición / FOTO: DAVID SANSON

Lorenzo Competición / FOTO: DAVID SANSON / DAVID SANSON FOTO

Sergi Mejías

Sergi Mejías

La seguridad a la hora de ir en moto es fundamental. Y también la diversión, pero segura. Porque la vertiente lúdica del mundo de las dos ruedas es uno de sus grandes atractivos y que atrapa a miles de usuarios. A la hora de mejorar la técnica de conducción, y por ende, la seguridad, se pueden encontrar diversas propuestas de escuelas y cursos pero ninguna como Lorenzo Competición, la escuela de Chicho Lorenzo, padre del cinco veces campeón del Mundo de Motociclismo Jorge Lorenzo, con una metodología estudiada durante decádas.  “La base de nuestro método, que empecé a desarrollar en 1989 para formar a mi hijo, es el estudio de los movimientos que el piloto realiza en la práctica de este deporte y en los cursos aprenden a realizarlos correctamente a través de la repetición controlada de ejercicios técnicos”, explica Chicho Lorenzo.

El propio Chicho conviene que "al no existir una formación regulada en este deporte, o incluso en la conducción de motos, creo que hacía falta empezar a investigar y poner en marcha un camino a seguir en este sentido, que hemos estructurado como en las artes marciales, es decir, siguiendo los niveles por un color siendo el 'curso de casco blanco' el primero, el de iniciación. De esta manera puedes seguir avanzando practicando las técnicas de pilotaje de pilotos que hay hoy en día en el Mundial de MotoGP. Nosotros trabajamos tanto con pilotos que han ganado Grandes Premios como con usuarios de calle. Y trabajamos en lo mismo, porque no hay más. Como en el fútbol donde se practican las faltas, los saques de esquina, regateo, juego de cabeza... Además lo que se aprende aquí también se aplica en la calle para mejorar la seguridad". 

CURSOS PARA TODOS LOS NIVELES

Los cursos básicos se realizan con motos de pequeñas dimensiones tipo 'pit bike', que pone la organización; e incluso alquilan el equipamiento para el cursillista (20 euros). Al tratarse de motos pequeñas no hacen falta grandes instalaciones y en el caso de Barcelona los cursos se realizan en un parking del Circuit de Barcelona-Catalunya y suelen ocupar una mañana o una tarde, unas 4 horas de moto; los precios arrancan desde los 100 euros, dependiendo del nivel.

Una vez llegados los cursillistas, Chicho Lorenzo realiza una charla de introducción donde se explican los aspectos del curso, en este caso de casco blanco. En este primer nivel enseñan a dirigir la mirada, el control del acelerador y el posicionamiento encima de la moto. Después los participantes se dividen en grupos de seis u ocho integrantes aunque saldrán a pista por parejas. Los ejercicios se hacen siguiendo unos '8' pintados en el suelo bajo la atenta mirada de los profesores, que no dejan de corregir a los alumnos, aspecto básico para mejorar.

Puede parecer fácil, pero no lo es. Los cursillistas deben 'dibujar' los ocho con la mirada siempre clavada en los conos que se encuentra en las dos circunferencias que forman el '8'. Y en la segunda parte ya no se puede tocar el freno, solo el acelerador para mejorar el tacto en el puño del gas. Por último posicionarse de manera correcta permitirá a los participantes dar un salto de calidad en sus conducción.

EL TESTIMONIO DE LOS CURSILLISTAS

No hace falta ser un piloto de pro para participar en los cursos de Lorenzo Competición. Y como muestra un botón de la variedad de participantes de un curso de casco blanco realizado en Barcelona donde tomaron parte gente tan dispar como Miquel Ruiz, de 14 años y que todavía no tinene moto, fue para "aprender un poco de pilotaje pero sobre todo seguridad. Y me ha parecido una experiencia única" . En el caso de Iván Peláez, de 34 años, acudió al curso "para mejorar la técnica de pilotaje", aunque más explícito fue Jaume Blanc, de 60 años y propietario de una BMW R 1200 GS, al explicar que "porque le hacía mucha ilusión tocar con la rodilla". Otro perfil es el de Laura Ventura, de 51 años con una BMW S1000R, "tuve un accidente en moto, estuve bastante grave, y ahora en la curvas estrechas me bloqueo porque me viene la imagen del accidente, cuando un coche se me tiró encima y me quedo tirada en la carretera con la pierna colgando. La experiencia del curso ha sido genial porque ha llegado un momento que ni he visto 'el coche', ni gente... Solo al monitor que estaba pendiente de mí".