MOVILIDAD ELÉCTRICA

¿Por qué en España aún no nos van los eléctricos?

Los españoles valoran ante todo que la movilidad sea práctica, algo que el coche eléctrico no puede proporcionar (todavía).

Opel Ampera-e recargando

La escasez de puntos de recarga no ayuda a vender más coches eléctricos. / OPEL

Laerke Saura Birk

Este fin de semana nos levantábamos con la noticia que nos decía que las ayudas para comprar coches eléctricos se agotaron en tan solo un día. Parece que la población está dispuesta a dar el paso, aunque las matriculaciones de este tipo de vehículos aun son muy escasas y no acaban de crear tendencia en el mercado automovilístico. Es lo que tienen los coches eléctricos: se habla mucho de ellos y parecen ser la solución a todos nuestros problemas, pero por algún motivo todavía no son los reyes de nuestras carreteras. Descubrimos por qué en las siguientes líneas.

2.005 ESPAÑOLES VALIENTES

Vale la pena preguntarnos por qué las ventajas que nos traen los coches eléctricos aun no acaban de cuajar en nuestro mercado. Según los datos de 2016 publicados por ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), en países como Noruega se han vendido 24.222 coches eléctricos puros en total, mientras que en España solo se vendieron 2.005. Además, cerca de un 40% de los vehículos del parque automovilístico de ese país escandinavo son eléctricos.

¿Y por qué? Pues porque los noruegos con coche eléctrico no solo reciben ayudas estatales para poder permitirse un coche 100% eléctrico, sino que además no pagan ningún tipo de impuesto (ni IVA ni tasas de importación), no pagan peajes, pueden circular por los carriles bus, y aparcar gratis en cualquier sitio. 

Quizás esto nos da algunas pistas sobre qué es lo que falla en España y por qué la gente no opta por el vehículo eléctrico. Pero todavía existen más argumentos por los que los consumidores optan aun por el diésel o la gasolina.

UN CASO DIGNO DE ESTUDIO

La entidad financiera Bigbank, que ofrece ayudas para comprar coches eléctricos u para otros gastos que promuevan la sostenibilidad como energías renovables o reformas y estudios, ha presentado un informe titulado Coche eléctrico, ¿una realidad próxima?, que se ha realizado gracias a la participación de los usuarios de las redes sociales para analizar el grado de concimiento y las principales reticencias de los consumidores en cuanto a coches eléctricos.

El principal resultado del estudio nos dice que lo que más preocupa a los usuarios es la escasez de puntos de carga, el precio del vehículo, y la autonomía.

MANIFESTACIÓN: ¡QUE ALGUIEN PONGA CARGADORES!

Seamos prácticos: ¿para qué va a comprar alguien un coche eléctrico si no tiene ni idea de donde hay que ponerlo a cargar?

Estamos acostumbrados a tener una gasolinera cada medio kilómetro, pero ver un punto de carga es menos frecuente (aunque cada vez tengamos más). Aún así, sigue siendo una preocupación más que evidente.

Aunque algunos Ayuntamientos hayan empezado a colocar puntos de carga en sus municipios (lo que seguramente se trata de una decisión muy acertada), quizás no es suficiente. Lo ideal es que los conductores no deban desviarse para tener autonomía en sus vehículos en todo momento, y que los puntos de recarga de puedan encontrar con una frecuencia parecida a la que encontramos gasolineras, de tal manera que cargar nuestro vehículo no sea algo que entorpezca nuestro trayecto.

Para los atrevidos, hay quien ha ayudado a poner las cosas más fáciles. Por ejemplo, Electromaps ha hecho un mapa interactivo con los puntos de recarga disponibles en todo el mundo, que se actualiza constantemente. Además, permite ver qué tipo de tomas y conectores tiene cada punto de carga, el número de vehículos que pueden cargarse a la vez, y dice si se trata de un punto de carga rápida o lenta. Se trata de información muy útil, eso sí, pero el uso de un coche eléctrico aun nos obliga a planear nuestros escrupulosamente viajes para no tener sorpresas por falta de autonomía.

Otro coste de oportunidad del coche eléctrico es que "repostar" ya no va a ser cuestión de 5 minutos como estábamos acostumbrados, sino que al menos vamos que tener que buscar un pasatiempo para los aproximadamente 20 minutos que va a durar la carga rápida. A medida que vaya creciendo el uso del coche eléctrico, también deberemos plantearnos si deberemos disponer de puntos de recarga más espaciosos (y con más tomas) para que quepan más de dos vehículos, como sucede ahora mismo en la mayoría de puntos.

CARGAROS DE VALOR (SI QUERÉIS UN ELÉCTRICO)

También hay que ser consciente del precio que tienen los coches eléctricos. No solo porque el importe de partida es mucho más elevado, sino porque, aunque no gastemos dinero en combustible, deberemos renunciar a comodidades a las que ya nos habíamos acostumbrado. Hablamos de hechos como repostar en 5 minutos, y encontrar un lugar donde hacerlo estemos donde estemos, como comentábamos justo arriba.

Un tema que hay que considerar aquí es el de la autonomía. ¿Por qué gastar más dinero en un coche eléctrico si luego tenemos más posibilidades de quedarnos tirados y sin un punto de recarga cerca? España puede copiarse de Noruega y regalar los peajes, dejar circular por los carriles bus, o incluso por las aceras, pero el tema está en que no podemos hacerlo si no tenemos garantía de tener batería en todo momento.

Otro problema lo tendrán los fans de los viajes largos por carretera. Muchas veces los compradores de coches eléctricos se decantan por ellos al ya tener puntos de carga localizados y por hacer trayectos cortos en la gran ciudad, pero tendrán que adentrarse en una gran aventura si quieren empezar a improvisar y pisar terrenos desconocidos. 

Por lo tanto, hará falta mucha paciencia para ver como llegan estos avances en cuanto a precio comodidad, que de momento lo están haciendo, pero poco a poco.

¿QUIÉN SE APUNTA?

Por si a algunos les parecía poco y aún se sienten valientes por adquirir un coche eléctrico, ya sea porque circulan principalmente por ciudad o porque han memorizado un mapa con todos los puntos de carga disponibles; llega la parte de informarse correctamente, ya que no cualquiera se gasta una gran cantidad de dinero en un coche sin saber lo que está adquiriendo. Según el estudio de Bigbank, un 52,2% de los encuestados dice que considera que está mal informado sobre coches eléctricos. Además, un 4% de usuarios dice que desconoce el concepto de carga rápida, y un 34% tampoco conoce el coste que supone la recarga.

Y también, según los encuestados, la información debería proporcionarla las instituciones públicas y los fabricantes, mientras que opinan que los medios de comunicación deberían mantenerse al margen.

El dato clave, pero, es el siguiente: un 27,4% estaría dispuesto a cambiar a un coche eléctrico

SEAMOS ELÉCTRICOS, SEAMOS PRÁCTICOS

No hay que rendirse. El coche eléctrico no solo debería ocupar campañas estatales, portadas, y ofertas de concesionarios, sino también nuestras carreteras. Parece que las demandas de los usuarios son claras, y que lo que quieren son coches eléctricos y disponibilidad de puntos de carga que permitan su movilidad sin ningún tipo de límite.

El caso de Noruega que veíamos parece pues, buena idea. Pero a parte de las ventajas que proporciona el país nórdico, quizás hay que ponerse en la piel del conductor.

No es que los consumidores no quieran eléctricos y que seamos unos insostenibles. Es más lógico de lo que parece: a parte del precio, los españoles simplemente quieren un coche que circule con todas las garantías y que puedan contar con él al 100% en cualquier parte igual que podemos llenar el deposito de diésel o gasolina cuando lo necesitemos.

De momento, si no hay voluntad de proporcionar puntos de recarga en rangos alcanzables para todo el mundo, habrá que centrar la campaña para el coche eléctrico en un público muy especifico: el usuario que se mueve por ciudad y realiza trayectos cortos.

El coche eléctrico no es un objetivo imposible, y no podemos culpar a los usuarios por sus preferencias por motores diésel o gasolina. Debemos tener en cuenta que en España hay cerca de 11.000 gasolineras mientras que los puntos de carga no llegan a los 2.300 (y requieren que el vehículo que lo use esté enchufado un buen rato, bloqueando el paso a otros usuarios). 

Por lo tanto, solo se trata de poner las cosas fáciles. Seamos prácticos, pero seamos eléctricos.