Quartararo golpea primero

Quartararo firmó una pole brillante

Quartararo firmó una pole brillante / EFE

Emilio Pérez de Rozas

Los candidatos a campeones han de hacer cosas así. Un ejemplo evidente, cristalino, muy claro, evidente, determinando es el del joven francés Fabio Quartararo (Yamaha), que después de unos inicios llamativos pero muy poco eficaces y profesionales en las categorías inferiores, ha llegado, perdón, llegó, el pasado año, a MotoGp y, no solo se convirtió en el ‘rookie’, en el novato, de la temporada, sino que acabó poniéndole las victorias difíciles al mismísimo campeón de Cervera (Lleida) de quien aprendió muchísimo. Es más, fue el propio MM93 quien dijo, a final de temporada, que el ‘Diablo’ sería, con mucho, su más directo rival en el 2020.

Quartararo sabe que para ser campeón, para ser heredero, hace falta protagonizar gestas como las que ha protagonizado, durante los últimos siete años Márquez, es decir, sobrevivir a todo y ante todos, no solo con ‘salvadas’ en la pista, sino con actuaciones y ‘poles’ inesperadas, como la que el ‘Diablo’ hizo ayer, en Motorland (Aragón), cuando nadie, nadie, se lo esperaba.

El chico de lujo de Yamaha, que, el próximo año formará pareja con Maverick Viñales en el equipo oficial Yamaha Monster, se cayó el viernes y se dañó la cadera derecha. Hoy, cuando faltaban nueve minutos del primer ensayo de la mañana, salió despedido por las orejas de su Yamaha y todos pensaron que se había fracturado varios huesos y que se despedía de pelear el título, abriéndosele el cielo a Joan Mir (Suzuki) y Andrea Dovizioso (Ducati).

Quartararo acudió al hospital del circuito (en ambulancia, dolorido) y allí descubrieron que no tenía nada roto, se quedó metido medio cuerpo en hielo, viendo como evolucionaba su hematoma y, a la hora, se fue a su box. Una hora más tarde, salíó a pista y logró la cuarta ‘pole’ de la temporada. Y hoy (15.00 horas, DAZN) tratará de completar su gesta ganando y escapándose definitivamente hacia la gloria.

Honda empieza a sacar la cabeza

Hay que decir la verdad: jamás un equipo, un ‘team’ puntero y, mucho menos, un equipo campeón de todo como el Repsol Honda, poseedor aún de la Triple Corona (campeón de pilotos con Marc Márquez, de constructores con Honda y de escuderias) tuvo tan mala suerte. No solo se lesionó el primer día su campeón (perdón el que ganó seis de los últimos siete títulos) sino que, luego, cayó herido su segundo espada, el británico Cal Crutchlow, y hasta el probador Stefan Bradl se perdió algún GP por dolores en su muñeca derecha.

Quedaba Takaaki Nakagami, que ha brillado (aún sin podio) y solo Alex Márquez, el ‘rookie’ de la temporada, que, poco a poco, ha ido convirtiéndose en el piloto que todo el mundo cree que puede estar, pronto, con paciencia (todo el mundo dice que es lento, pero seguro, en el aprendizaje, como demuestran sus dos títulos, de Moto3 y Moto2), en un piloto puntero.