Quartararo no cree que vaya a perder la cabeza en la última curva

"¿Que si me puedo volver loco?, bueno Zidane le dio un cabezazo a Materzzi", bromea el 'Diablo', que tratará de ganar la carrera de Cheste

"Todo es posible, aunque creo que el poder de la Ducati es tremendo y, al final, acabará imponiéndose", explicó Marc Márquez

Quartararo, en su box

Quartararo, en su box

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Primera jornada del fin de semana en el que un campeón fabuloso, sonriente y con enorme gancho, el joven francés Fabio Quartararo (Yamaha), de 23 años, se juega la posibilidad, mínima, sí, pero cierta, de renovar el título de MotoGP, el más grande, en efecto. Primer día, en los últimos 15 años, en el que una gran marca, Ducati, que lleva una década y media sin conquistar el cetro más importante (Casey Stoner, 2007), puede aspirar a repetir ese sueño de decenas de millones de euros y enorme prestigio si su chico, el italiano ‘Pecco’ Bagnaia, de 25 años, es capaz de acabar, el próximo domingo, entre los 14 primeros del Gran Premio de la Comunidad Valenciana. Solo eso.

Bagnaia se plantará en la salida con 23 puntos más que el ‘Diablo’ y, sí, ya sé que lo saben, con dos puntos más (14º), le importará poco lo que haga Quartararo, es decir, le importará poco que el francés logre su objetivo, que no es otro que ganar “teniéndome sin cuidado lo que pase a mis espalda: lo importante es no tener a nadie delante”. Y, claro, alguien le preguntó a Quartararo si existe la posibilidad, como ha ocurrido en otras ocasiones, al menos en las motos, que un deportista, ante la posibilidad de perder, pierda la cabeza y al llegar a la última curva, pegado a Bagnaia, lo tire y gane la carrera y el título.

Histórico cabezazo

Ni les cuento la cara del joven francés, que respondió, eso sí, en cuestión de milésimas de segundo. “¡Hombreeeeeee!, no lo creo, ¿no?, pero recordar a Zidane, que le dio un cabezazo a Materazzi, recuérdalo”. Es decir, que sí, que alguien se puede volver loco en un momento determinado, perder los nervios, saber que su única posibilidad pasa, en este caso, por arriesgar más que el otro, más que el rival, más que nadie, y de la fogosidad nace el accidente, el escándalo y, quien sabe, si la descalificación o la conquista del título, vaya usted a saber.

Como cuenta Marc Márquez, que ve los toros desde la barrera, pero siendo quien más veces se ha encontrado ante ese día, ante esa oportunidad, saliendo victorioso casi siempre (tiene ocho títulos mundiales), “es evidente que en el deporte puede pasar de todo y, sí, en las motos también, pues aquí hay mayor incertidumbre que en ningún otro deporte y, por tanto, todo es posible, aunque creo que el poder de la Ducati es tremendo y, al final, acabará imponiéndose e, incluso, alguna de ellas ganará la carrera. Es decir, puede pasar, sí, que Fabio gane y quie ‘Pecco’ no puntúe, pero tienen que cuadrar demasiados astros para que eso ocurra”.

Ganar, ganar y ganar

Quartararo insistió, con razón, con cautela, con convicción y, sobre todo, como es habitual en él (en eso es idéntico a su admirado Marc Márquez), con una sonrisa en su rostro: “Yo me siento bien, me siento cómodo con la moto, sufro menos en Cheste que en otros circuitos y, por tanto, voy a salir con la mente limpia a ganar la carrera. Me importa muy poco que, como dicen, alguien vea a ‘Pecco’ nervioso. ¡Normal! ¡cara!, el domingo puede ser campeón del mundo, yo sé lo que es vivir ese instante, pero yo no puedo hacer nada más que intentar ganar. Y, sí, si se cae ‘Pecco’, cosa que no deseo, porque ninguno de nosotros desea el mal de nadie, sé que las otras siete Ducati vendrán a por mí, pues si gana cualquiera ellas, harán campeón a Bagnaia. Pero esa situación llevo todo el año viviéndola, sé de que hablo”.