Mir: “Espero que me fichen por mi trayectoria, por mi carácter, no por mis resultados”

El campeón del 2020, de 24 años, sigue sin conocer cuál será su futuro mientras apura su última temporada con Suzuki

“Cuando llegué a Suzuki, la moto no se adaptaba a mi pilotaje, pero le dimos la vuelta y fuimos campeones”, reconoce el mallorquín

Joan Mir, en Sachsenring

Joan Mir, en Sachsenring / AFP

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

Te mira fijamente, mueve los ojos de izquierda a derecha, sabe la respuesta, por descontado, ¡vaya si la sabe!, pero le añade, no un puntito de misterio, que va, que va, sino ciertas gotas de ironía, como queriendo decir, por fin, que ya lo tiene solucionado, pero sabiendo todo el mundo, él el primero, que no, que aún no está resuelto.

“No, la verdad, no hay ninguna novedad sobre mi futuro. Está todo como estaba en Mugello, como estaba en Barcelona y, de momento, como está aquí, en Sachsering”, comenta el mallorquín Joan Mir, de 24 años, de Palma de Mallorca, campeón del mundo de MotoGP en el 2020, de la mano de Suzuki, que, hace unas semanas, sorprendió al mundo, y a Mir, y a su compañero Alex Rins, anunciando que, a final de año, abandonaría el ‘paddock’ del Mundial.

Así que Mir, campeón entre los grandes, está, de momento, sin trabajo, sin moto, sin equipo para el 2023. Todo el mundo, cuentan, lo sitúa como primer candidato a ocupar la Honda RC213V que ahora pilota Pol Espargaró, pero, dicen, sí, sí, más ruido, que esa moto también tiene como pretendientes al aguerrido Jorge Martín, estrella del equipo ‘satélite’ de Ducati’, y al no menos cautivador Pedro Acosta, campeón 2021 de Moto3 y, ahora, por fin, sacando la cabecita en Moto2.

Si le cuentas todo esto a Mir, sigue con la mirada medio perdida y diciéndote, sin decirte nada, “Jorge y Pedro son dos grandes campeones, dos estupendos pilotos, no me extraña que estén ¿no? en las quinielas. Es más, lo de Pedro Acosta me parece hasta normal, aunque les suene raro a muchos, porque me acuerdo que, en el 2018, a estas alturas, cuando yo estaba en mi primer y único año en Moto2, ya tenía firmado dar el salto a MotoGP con Suzuki, así que no me extraña, no”.

Otra cosa que tiene clara Mir, aunque ésta, tal vez, no sea compartida por la gente que toma las decisiones en los equipos, sean fábricas, patrocinadores, directores deportivos de escuderías o, incluso, ingenieros del nivel de decisión importante como el italiano Luigi Dall’Igna, en Ducati, es que espera y desea que los fichajes se produzcan “como fruto del análisis de las trayectorias de los pilotos y no tanto por sus últimos resultados”.

Es evidente que la trayectoria de Mir en MotoGP es lo suficientemente buena, brillante, campeona, como para ser un firme candidato a pilotar, en el 2023, cualquier moto oficial. No la de este año, desde luego, pues, en ocho grandes premios, ni ha ganado, ni se ha subido aún al podio y marcha en 10ª posición del Mundial que lidera el francés Fabio Quartararo (Yamaha).

“Este año me toca pelear duro, pero si logro pronto algunos podios, daré un salto grande en la clasificación”, señala Mir, que recuerda que, en el 2020, fue campeón del mundo, “y, al año siguiente, acabé tercero tras Fabio (Quartararo) y ‘Pecco’ (Bagnaia)”. Es el octavo año de Mir en el Mundial y suma 33 podios y 12 victorias.

Es evidente que Mir piensa que obtener ahora, en estos meses decisivos de cara a su futuro, buenos resultados “ayudaría, claro”, pero el mallorquín insiste en que lo más importante es valorar “la personalidad de un piloto, su trayectoria, su manera de adaptarse a todo tipo de moto, su progresión y sus resultados, de forma global, desde que llegó a MotoGP y, en ese sentido, creo que mi trayectoria es muy buena”.

Ni que decir tiene que Mir no ve dificultad alguna en pilotar para cualquier marca. “Cuando llegué a Suzuki, pensé ¡uf! no es la mejor moto para mi estilo y, sin embargo, trabajamos duro, el equipo y yo, para adaptarme y, al final, conseguimos el título. Son esos detalles los que creo deben valorar las personas que deciden sobre si fichar a este o aquel piloto. Yo creo que todo el mundo es capaz de adaptarse y yo, ahora, no sería capaz, de verdad, de decir si me gustaría más una u otra moto, pues pienso que, en la actual parrilla de MotoGP, todas las motos son competitivas”.

Mir, finalmente, tras reconocer que en el seno de Suzuki “aún vivimos impactados por la noticia, sin apenas explicación, la verdad, de la retirada de nuestra fábrica del Mundial, lo que ha provocado que mucha gente no sepa aún qué será de su vida el año que viene”, insiste en que espera que la gente que toma las decisiones en los equipos “piense más en la trayectoria deportiva, carácter y competitividad del candidato, que en sus resultados de hoy. Yo, insisto, si fuese quien decidiera, optaría por escoger al piloto con más carácter, sí”.