Lorenzo, en crisis con Ducati

Lorenzo habla con su ingeniero

Lorenzo habla con su ingeniero en el box de Ducati / EFE

Sport.es

Jorge Lorenzo encajó una nueva decepción este domingo en la carrera de Austin, tercera de una temporada en la que no levanta cabeza. El balear, que arrancó sexto en parrilla, como mejor piloto de Ducati, acabó fuera del 'top ten', en undécima posición. Se vio superado por dos Ducati GP18, la oficial de Andrea Dovizioso (5º), nuevo líder, y la satétile del Pramac pilotada por Jack Miller (9º) e incluso por la Desmosedici GP17 de Tito Rabat, que terminó en una destacada 8ª posición.

Al final del día, Jorge reconocía que "ha sido una carrera para olvidar" y argumentaba su disgusto: "A una vuelta y con neumáticos blandos éramos bastante explosivos, pero el ritmo de carrera nunca lo tuve y tampoco ayudó la elección del neumático duro trasero. Tenía malas sensaciones desde el principio".

Lorenzo, sin duda, es consciente de que está atravesando uno de los peores momentos de su carrera deportiva. Y es que para un piloto que ha logrado cinco títulos mundiales (tres en MotoGP), verse en la situación actual es desalentador.

"Posiblemente es mi peor momento desde que fiché por Ducati. Estoy decepcionado y triste, pero no me rindo. Hay que olvidar esta carrera y pensar en el futuro con motivación. Confío en que al llegar a Europa las cosas mejoren para nosotros", admitió.

Lorenzo, que en los test de pretemporada dio señales de progreso e incluso llegó a liderar los ensayos en Sepang, explicó que desde que ha empezado el campeonato tiene incluso más problemas para pilotar que en su primer año con Ducati, en 2017. "La nueva moto tiene puntos positivos y negativos. Quizás para dos vueltas usando la electrónica se puede ir más rápido, pero para ritmo de carrera es una moto más física y se ha juntado todo este fin de semana para hacer un resultado tan malo".