Lorenzo, un campeón dueño de su futuro

Lorenzo, en el momento de cruzar primero bajo la bandera a cuadros

Lorenzo, en el momento de cruzar primero bajo la bandera a cuadros / MotoGP

Josep Viaplana

Josep Viaplana

“No soy un gran piloto, soy un campeón”, le recordó Jorge Lorenzo a Claudio Domenicali en vísperas del GP de Italia cuando nadie daba un euro por él, especialmente dentro de su propio equipo que le abrió la puerta de par en par. Pocas horas después el mallorquín se reivindicaba por la puerta grande con un triunfo de prestigio que le ha revalorizado.

A continuación les ofrecemos las claves de la 'resurrección' de Jorge, que con su victoria en Mugello ya ha conseguido algo que no pudo lograr Valentino Rossi en sus dos años con Ducati: ganar una carrera. Además, Andrea Dovizioso, el 'hijo mimado' ahora de Domenicali, tardó más de 70 grandes premios con la Desmosedici hasta conseguir su primer triunfo.

1/ Piloto con un enorme amor propio

Una de la características que destacaría de Jorge Lorenzo es su enorme amor propio. Criado en un entorno difícil, el mallorquín es un hombre al que la vida le ha puesto enfrente muchos retos, dentro y fuera de la pista, que han generado un extraordinario amor propio y que ha ido superando con solvencia uno tras otro. Seguro de sí mismo y de sus posibilidades, sabe qué puede hacer y qué no sobre una moto. Jorge está convencido de que en igualdad de condiciones no hay otro como él. Si se encuentra cómodo se siente imbatible.

2/ Un palmarés fuera de cualquier duda

La tarjeta de visita que se desprende de su palmarés es, verdaderamente, impresionante. Jorge Lorenzo ha ganado cinco títulos mundiales, dos en 250cc (2006 y 2007) y tres en MotoGP (2010, 2012 y 2015), más otros tres subcampeonatos (2009, 2011 y 2013). Ha ganado 66 carreras, de las cuales 45 lo ha hecho en la categoría reina. Repasando sus números no hay dudas de que es uno de los mejores de la historia. 

3/ Confianza ciega y un talento innato

El mallorquín tiene una confianza ciega en sus posibilidades, que ha ido estimulando con el paso de los años gracias a sus victorias y a uno de los pilotajes más bonitos y espectaculares que se pueden encontrar en la parrilla. La conducción de Jorge Lorenzo destaca por una entrada en curva ágil y precisa y, a su vez, un paso por curva muy rápido, que le permite imprimir un gran ritmo cuando va solo. La Ducati, por contra, destaca por la tracción en la salida de las curvas y la velocidad punta. 

4/ Ducati se ha precipitado en sus decisiones

Jorge Lorenzo goza del respeto del departamento técnico de Ducati, con Gigi dall’Igna a la cabeza. No así de Claudio Domenicali, máximo responsable del equipo, probablemente ‘contaminado’ por Andrea Dovizioso, que no quiere verle al lado. La falta de resultados y su elevada ficha -la más alta de MotoGP- provocaron el distanciamiento y el anuncio. ¿Hay marcha atrás? Hoy por hoy, no. La precipitación les ha ido en contra en un momento decisivo.

5/ La solución que hizo posible el ‘milagro’

Tras Le Mans exigió poder descansar los brazos en carrera, ya que la moto no le ofrecía suficiente apoyo en el depósito. Se improvisó una prolongación del mismo en la parte trasera y los laterales para descargar la presión que se acumula en los antebrazos. Se probó en el test de Barcelona y la utilizó en Mugello. La espectacular victoria le dio la razón.