Divorcio traumático en Yamaha

Viñales y Forcada, en el box

Viñales y Forcada, en el box / EFE

Laura López Albiac

Laura López Albiac

Que Maverick Viñales y su jefe de equipo Ramón Forcada no tienen sintonía era público y notorio desde hace meses. Que el piloto de Roses tenía en mente cambiar a su técnico de cara a la próxima temporada era una información que circulaba también desde hace bastante tiempo por el paddock. Pero el GP de la República Checa ha sido el escenario en el que ha estallado públicamente el conflicto. El divorcio es un hecho y no es precisamente amistoso.

Maverick llegó a Brno relajado después del parón estival, pero también con una idea metida entre ceja y ceja. Prescindir de Forcada. "Busco un nuevo feeling; Ramon es un técnico increíble, será difícil sustituirle, pero con Esteban (García, actual jefe de mecánicos de Bradley Smith en KTM) seguramente haremos un trabajo conjunto muy bueno y podremos estar a un gran nivel", confirmó 'Mack'.

Las particulares maneras de Viñales acabaron por colmar la paciencia de Forcada, que ya no se reprimió ante los micrófonos de Movistar+: "Yamaha me comunicó hace días que no continuaría con Maverick. El piloto no. No me ha dicho absolutamente nada, ni una sola palabra. No sé qué ha fallado. Como el piloto nunca nos ha dicho nada a nadie, habría que preguntarle a él. No ha habido ni una queja, ni una palabra, ni un mal gesto", comentó el técnico de Moia, visiblemente afectado. "Yo voy a intentar hacer la moto para ganar hasta la última carrera que esté con él, que no sé cuál será. Tal y como van las cosas igual es ésta, yo qué sé", ironizó.

Ramón Forcada, de 61 años, lleva 10 en el equipo oficial Yamaha y tres décadas en el Mundial, desde 1989, cuando empezó con Crivillé y JJ Cobas. Por sus manos ha pasado los mejores, Barros, Kocinski, Stoner, Lorenzo..., con el que logró el tricampeonato, pero también tuvo sus más y sus menos. "Ramón tiene un carácter fuerte y, sobre todo, en momentos difíciles, de malos resultados, es difícil gestionar esa relación", apuntaba ayer Jorge cuando supo del 'mal rollo' en su anterior box.

Lin Jarvis, manager deportivo de Yamaha, salió a 'apagar el fuego', se reunió con Viñales y, luego, con Forcada. Prohibió a Maverick contestar las declaraciones de Ramón. Y vetó cualquier pregunta a los periodistas al respecto. Pero siguieron los problemas en la pista. Maverick quería usar dos gomas blandas en el tercer libre, pero su equipo pensaba diferente. Se quedó fuera y pasó por la Q1. Entró aplaudiendo en el box. "Me aplaudía a mí mismo por no tomar las riendas a hacer lo que mi cabeza decía. Nada más", dijo el de Roses. "Como piloto soy profesional, dejo todo a un lado e intento dar lo mejor de mí. Hay que intentar sacar lo mejor de la moto, que creo que hoy y este fin de semana no está rindiendo al cien por cien".

Rossi , al parecer la prohibición de hablar del tema no iba con él, puso la puntilla: "Es un poco difícil crear un ambiente fantástico cuando ambos saben que a final de año se separan".