Ducati, a la novena va la vencida

La marca italiana ha necesitado nueve visitas a Austin para que uno de sus pilotos suba al peldaño más alto del podio

El inicio de temporada de Marc Márquez está siendo una montaña rusa de emociones y Rins se saca un máster en adelantamientos

Enea Bastianini celebró su triunfo a lo grande

Enea Bastianini celebró su triunfo a lo grande / AFP

Josep Viaplana

Josep Viaplana

Triunfo incontestable de Enea Bastianini, que fue eliminando Ducati en la cabeza para volver a demostrar que quiere ser piloto oficial en 2023. El italiano volvió a demostrar que tiene un final de carrera al alcance de muy pocos y consigue así la segunda victoria de la temporada tras la conseguida en la cita inaugural de Lusail. Por detrás del piloto de Rimini entraron Àlex Rins y Jack Miller, que dejaron una preciosa pelea -hasta la última curva- para el recuerdo. Mir y Bagnaia completaron el Top5, con un Marc Márquez pletórico, que remontó desde la última posición debido a un problema mecánico en la salida. 

Ducati, a la novena va la vencida

Ducati ha necesitado nueve visitas a Austin para que uno de sus pilotos suba al peldaño más alto del podio. MotoGP desembarcó en el Circuito de las Américas en 2013 y hasta 2018 imperó la ley del ‘Sheriff’ Márquez. En 2019 se fue al suelo liderando la carrera y esto permitió el triunfo de una Suzuki, con Alex Rins al manillar y superando en la batalla final a Valentino Rossi. Y el año pasado, después del parón de 2020 por la pandemia, el ‘Sheriff’ volvió a imponer su ley y la de Honda. Ducati, con una legión de seguidores y clientes en Estados Unidos, ha ido de ’vacaciones, durante casi una década, al estado de Texas. Este año se ha sacado la espina, con repóquer de motos en la cabeza de la parrilla. Y con tanto ejército, premio gordo con una satélite, la pilotada por un Enea Bastianini que recupera el liderato.

‘Sheriff’ Márquez vive su particular Dragon Khan

El inicio de temporada de Marc Márquez está siendo una montaña rusa de emociones. Llegó justo de tiempo al estreno del Mundial en Qatar, superando in extremis una diplopía (visión doble) que le tuvo al borde el abismo todo el invierno. En Doha acabó tercero y parecía que estaba en la línea para luchar por el Mundial. Pero en Mandalika, en Indonesia, en lugar de repetir las prestaciones de los tests de pretemporada o de la carrera inaugural, se fue al suelo hasta en cinco ocasiones. La última llegó en el ‘warm up’ previo a la carrera, con una salida por orejas de las que se recuerdan toda la vida. Y regresó la diplopía y se perdió el GP de Argentina. Viajó in extremis a Estados Unidos y el fin de semana ha sido un reflejo de su inicio de año: bien en algún entrenamiento, mal en la calificación, fatal en la salida y espléndido remontando del último hasta el sexto.

Alex Rins se saca un máster en adelantamientos

Alex Rins tiene una relación especial con el Circuito de las Americas, en el que ha ganado en Moto3 (2013), Moto2 (2016) y MotoGP (2019). Cada tres años subía a lo más alto del podio y en 2022 se ha quedado a las puertas de repetir. El barcelonés únicamente se ha visto superado por la ‘Bestia’ de Ducati, un piloto salido del Rancho de Valentino Rossi y que lidera el campeonato con dos triunfos en cuatro carreras. Alex Rins y su Suzuki partían desde la tercera fila de la parrilla con el séptimo mejor tiempo, y pese a que su montura tenía menos potencia que las Ducati se doctoró en adelantamientos sobre los misiles de Borgo Panigale pilotados por Pecco Bagnaia, Johan Zarco, Jorge Martín y Jack Miller. Segundo lugar, podio número 500 de la historia de Suzuki y segundo lugar de la general a cinco puntos del liderato. Se puede soñar.