Industria internacional
Trump podría posponer su decisión de imponer aranceles a los coches europeos
El presidente estadounidense quiere imponer un 25% sobre los vehículos importados de Europa.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está estudiando la posibilidad de posponer la decisión de imponer unos aranceles del 25% a los coches y componentes importados a su país desde Europa. Trump, que se había fijado el próximo 18 de mayo como fecha límite para tomar la decisión de imponer nuevos impuestos en materia de "seguridad nacional", fijará un nuevo plazo de 180 días para tomar la decisión.
Según medios norteamericanos, mientras algunos cargos de su ejecutivo, como el secretario de comercio Wilbur Ross o el asesor en materia de comercio Peter Navarro, están a favor de imponer estos aranceles a Europa, otros como el representante de comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, insisten a Trump en la necesidad de posponer la decisión. El mismo Lighthizer lidera las negociaciones con la Unión Europea y Japón. Según los mismos medios, Trump debería dar a conocer su decisión antes de terminar esta semana.
El presidente estadounidense ordenó el año pasado investigar las posibles aplicaciones y las consecuencias que derivarían de esta imposición en materia de protección de la seguridad nacional al Departamento de Comercio de Estados Unidos. En febrero, la investigación, que no se hizo pública, concluyó que Trump podría, si quisiera, imponerlos.
¿Cómo afectaría a los fabricantes europeos?
Más allá de las consecuencias políticas, tanto internas como externas, que podría tener la imposición de estos impuestos, los fabricantes europeos miran con miedo a Estados Unidos esperando a que su presidente tome su decisión. Unos aranceles del 25% sobre los vehículos importados a Estados Unidos afectarían, sobre todo, a las marcas alemanas del Grupo Volkswagen y a Daimler. En ese sentido, Herbert Diess, CEO del Grupo Volkswagen, ya advirtió en febrero que estos impuestos podrían costarle 2.500 millones de euros al consorcio, un 13% de sus ingresos anuales.
En el caso del Grupo Volkswagen, las marcas que más sufrirían la imposición serían Audi y Porsche. En el caso de la firma de los cuatro aros, más de dos tercios de los vehículos vendidos en el mercado estadounidense proceden de Europa, mientras que los de Stuttgart producen todos sus vehículos destinados a Estados Unidos en Europa.
Por su parte, a Daimler (Mercedes-Benz, Smart) le sucede más o menos lo mismo que a Audi. BMW también sufriría, aunque en este caso, más de la mitad de las ventas en Estados Unidos corresponden a modelos ensamblados en el país. Según explicó Diess en febrero, si Trump decidiera imponer dichos impuestos, sus vehículos podrían encarecerse en el país en unos 10.000 euros, algo fatal teniendo en cuenta que el estadounidense es el segundo mercado para Mercedes-Benz y BMW y un mercado muy importante para Audi y Porsche.
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