automoción

Renault aprieta para fichar a Luca de Meo

La intención sería comunicar antes de final de año la llegada del actual presidente de Seat, pero el anuncio se podría retrasar a marzo

Luca De Meo, presidente de Seat .

Luca De Meo, presidente de Seat . / periodico

Xavier Pérez

Basta con echar un ojo a la lista de principales dirigentes del sector del automóvil para reconocer que Luca de Meo, el presidente de Seat (lleva cuatro años), es una de las perlas (en activo) más apetecibles para cualquier marca. El perfil de 'crack' es algo que no está al alcance de muchos y el italiano es una de las referencias. Desde que en Renault empezara el estallido del 'caso Ghosn ' y los vaivenes de directivos al frente de la firma del rombo, la figura de De Meo ha ido ganando enteros en el imaginario industrial hasta convertirse en el principal candidato para asumir la presidencia del grupo francés.

El propio consejo de administración de Renault quiere la llegada de De Meo y su candidatura estaría avalada por Jean-Dominique Senard, actual presidente del grupo, que antepondría al CEO de Seat (de 52 años) a las propuestas de Patrick Koller (presidente de Faurecia, la firma de fabricación componentes del automóvil) y de la actual directora de Renault, Clotilde Delbos.

No obstante, pese a que desde Francia ya han dado por hecha la casi inminente llegada del directivo italiano, que ha llevado a Seat a batir todos los records comerciales e industriales este año de la historia de la marca, no todo está atado y bien atado. En Seat guardan silencio, "no comment" a los rumores, y Luca de Meo, también. La nueva etapa de la marca española en el terreno de la micromovilidad es uno de las grandes apuestas del presidente y el camino en este aspecto no ha hecho más que empezar.

El problema es que en Renault necesitan un referente como el agua de mayo. Querrían hacerlo ya, antes de final de año, pero según ha podido saber EL PERIÓDICO la marcha hipotética de De Meo no se produciría hasta el mes de marzo

Una figura referente

Por ahora solo hay especulaciones. Todo está en el aire a la espera de una decisión. La jugada para atraer a Luca de Meo a Renault es a tres bandas, una ecuación nada fácil.

Primero: Poder hacerse con uno de los 'mirlos blancos' del sector. Alguien con un gran perfil de gestión comercial que empatiza rápidamente con los empleados y consigue transmitir ilusión. La presencia fuerte de José Vicente De los Mozos (vicepresidente de Renault) sería de gran ayuda. De Meo tiene una buena reputación en el mundo del automóvil en Europa y encajaría como un guante.

El pulso con Nissan

Segundo: El pulso eterno de la marca del rombo con sus socios de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. El 'caso Ghosn' dejó muy debilitados a los franceses y Nissan aprovechó para hacerse con un mayor peso específico de la mano de Hiroto Saikawa (que posteriormente caería por los mismos pecados que Ghosn) pero en septiembre todo cambió y llegó Makoto Uchida, un graduado en teología que triunfó como estratega empresarial y levantó la marca en el mercado chino. Ahora Nissan no cuenta con la fuerza emocional que esperaba y por eso Renault quiere aprovechar para poner al frente a un hombre reconocido en el sector.

Disputar la 'Champions'

Tercero: El caramelo de Renault para De Meo, fácil. En símil futbolístico, dejar de ser el mejor en la Europa League para poder aspirar a jugar la final de la Champions. El italiano cerrará un año ejemplar en Seat. Ya en 2018 logró un beneficio de 300 millones de euros y una cifra de negocio de 10.000 millones, algo que se superará este año. En noviembre ya habían amentado las ventas (en un 10,3%) del ejercicio anterior. Se ha publicado que la marca francesa le ofrece asumir el control total de la alianza en dos años, aunque desde Nissan y en algunos foros de Renault discrepan al respecto.

De Meo debe valorar un tema crucial: Si quiere afrontar el reto de 2020 en Seat, o no. Será un año complicado para todo el sector ya que a la incertidumbre existente entre los usuarios a la hora de comprar un coche, hay que sumar la nueva legislación europea de limitación de emisiones a 95 gramos de media y las consiguientes multas que los fabricantes tendrán que pagar (a no ser que se harten de vender coches eléctricos de cero emisiones, cosa poco probable).  Caerán las ventas.

Evidentemente esa previsión de multas no las pagarían las marcas sino que repercutirán en el precio los vehículos, que acabarán pagando los usuarios. Ese es el escenario que debe considerar De Meo tras un año de buenas noticias y de récords para Seat.