FORD GT

Ford GT, la historia de venganza tras 'Le Mans 66' (primera parte)

A principios de los 60, Ford iba a comprar Ferrari, pero Enzo rompió el trato en el último segundo...

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El increíble Ford GT tiene un pasado oscuro. / MOTOR

Àlex Soler

Àlex Soler

Están siendo unos días intensos Ford. El dia 18 presentó el nuevo Mustang Mach3, su primer eléctrico, en Los Ángeles, ciudad en la que, además, se estrenó una película en la que la marca es la protagonista absoluta, Le Mans 66, que el 15 de noviembre se estrenó en España. 

Este largometraje cuenta la historia de la rivalidad que Ford Ferrari mantuvieron durante la década de los 60, fechas en las que nació el superdeportivo Ford GT, en las 24 Horas de Le Mans. Precisamente, la rivalidad entre estadounidenses e italianos fue el punto de partida que terminaría con el lanzamiento del GT, el coche que, en primer lugar, se creó y diseño para un solo cometido: ganar a Ferrari en el mítico trazado de La Sarthe.

Aunque la película se centra sobre todo en los hechos alrededor de la prueba automovilística francesa, la historia del film, que también es la del desarrollo del Ford GT, se remonta a principios de los 60, cuando una pequeña firma italiana, Ferrari, no pasaba por su mejor momento...

Una reunión con Enzo Ferrari

A principios de los 60Ford decidió dar más notoriedad a la marca mejorando en el terreno de la competición, algo que, obviamente, también ayudaría a aumentar sus ventas. La compañía estadounidense sabía que solo había una carrera que fuera lo suficientemente importante para ayudar a conseguir su objetivo, las 24 horas de Le Mans. Sin embargo había un pequeño problema: Ford no tenía ni idea de fabricar coches deportivos, así que no sabían ni por dónde empezar.

Por suerte para ellos, en el otro lado del charco, una compañía llamada Ferrari, regentada por su fundador Enzo Ferrari, estaba pasando por problemas financieros esa década. Sin embargo, la firma italiana dominaba con mano de hierro las competiciones de motor. 'El Cavallino' había ganado tres veces consecutivas en Le Mans y parecía que era el compañero perfecto para Ford. Poco después, en una reunión, Henry Ford II ofreció a Enzo Ferrari 16 millones de dólares por su compañía, cifra que el italiano aceptó.

En mayo del 63Henry Ford II viajó a Maranello escoltado por una legión de ejecutivos de Ford para firmar la compra de FerrariEnzo, por su parte, solo le atendió con un abogado de la ciudad. La reunión iba bien hasta que Enzo descubrió una cláusula de la que no habían hablado y que no le satisfacía en absoluto. Este punto dictaba que la división de 'motorsport' pasaría a ser propiedad exclusiva de Ford. El propietario de Ferrari no tenía ninguna intención de que eso sucediera y, realmente, era lo único que Ford se quería llevar de vuelta a Michigan. El trato estaba muerto, el 'Cavallino' galopaba libre lejos de las manos del gigante americano. Fue entonces cuando Henry Ford II, enervado como nunca, se comprometió consigo mismo a ganarle las 24 horas de Le Mans a Ferrari.

La rabia

Ya en MichiganFord II estaba rabioso y ordenó a todos los ingenieros de Ford que se centraran en construir una máquina que pudiera destrozar a los Ferrari en Le Mans. Además, el fabricante adquirió una pequeña compañía británica dedicada a la competición para lograr su objetivo. Aunque su petición parecía simple, el producto final era difícil de conseguir. Ford necesitaba un coche que llegara a los 320 km/h, algo nunca visto antes, y que fuera lo suficientemente fiable como para aguantar la carrera francesa. Un coche capaz de cambiar de marcha 9.000 veces en una prueba y de recorrer casi 5.000 kilómetros sin parar.

Tras meses de trabajo, el equipo llegó con algo llamado Ford GT, equipado con un motor V8 de 4.2 litros que conseguía llegar a los 320 km/h. El prototipo estaba listo y, ahora, solo quedaba probarlo en pista. En sus primeras vueltas de prueba en el trazado de Le Mans el equipo se dio cuenta de un hecho aterrador. Pese a que el GT era rapidísimo, había un grave problema: a altas velocidades era muy inestable. Ford nunca supo si el problema era aerodinámico o de las suspensiones porque antes de terminar el entrenamiento el GT terminó destrozado en un choque a más de 250 km/h. En el segundo test, el deportivo también terminó estampado y, esta vez, destruido. A Ford se le terminaba el tiempo. Ya solo quedaban dos meses para Le Mans.

Por suerte, Ford fue capaz de producir un nuevo GT, llamado GT40 y poner tres coches en carrera en las 24 horas de Le Mans de 1964. Para su desgracia, el intento de destronar a Ferrari terminó con los tres coches en llamas o destrozados. Por su lado, los italianos ganaban por cuarta vez consecutiva con sus tres vehículos en cabeza. Ya en América, su sueño de ganar a Ferrari persistía y, por eso, fue a buscar a un hombre llamado Carroll Shelby, un granjero que ganó muchas carreras como piloto, para encomendarle una única misión: debía hacer del GT un coche ganador.

Continuará...