GRAN PREMIO DE RUSIA

Vettel flirteó con Red Bull en Sochi

Sebastian cenó con su ex jefe en Sochi, con Ecclestone como anfitrión, y desató todo tipo de especulaciones

Vettel, con Horner. Ambos mantienen una buena relación

Vettel, con Horner. Ambos mantienen una buena relación / AFP

JOSEP VIAPLANA

La tensión sube en Maranello y Sebastian Vettel se mantiene en el ojo del huracán. La victoria de Singapur había tenido efectos balsámicos para el alemán, vilipendiado durante la temporada por los tifosi y los medios cercanos a la Scuderia por su bajo rendimiento, pero una semana más tarde vuelve a estar en el foco de todas las críticas.

No gustó su actitud cuando se le pidió que dejara pasar a Charles Leclerc en la sexta vuelta, generando sospechas cuando provocó una salida del coche de seguridad decisivo para el triunfo de los Mercedes y, finalmente, tampoco porque se hizo público que en Sochi mantuvo un contacto con los responsables de Red Bull.

Camino de ida y vuelta

¿Volverá al equipo con el que ganó cuatro títulos? Vettel tiene un año más de contrato con Ferrari y, pese a las críticas, nadie duda de que va a cumplirlo. No ayuda, sin embargo, el hecho de que durante el GP de Rusia se le haya visto cenando con Christian Horner, director del equipo de bebidas energéticas, y con Bernie Ecclestone ejerciendo de anfitrión. Los rumores y especulaciones empezaron a circular a la velocidad de la luz.

¿Qué estaba haciendo Sebastian? ¿Está de regreso a Red Bull, que busca un piloto competitivo que se complemente con Verstappen? Esto también ayuda a generar tensión interna y en Ferrari quieren que se aclare todo en los próximos días. Quieren saber a qué atenerse. Mattia Binotto defendía siempre que la lucha entre compañeros de equipo es un problema que todo equipo quiere tener porque significa que puedes ganar, pero cuando llega el momento los cimientos se tambalean.

Pasó en Red Bull con Mark Webber y el mismo Vettel, también más recientemente en Mercedes con Lewis Hamilton y Nico Rosberg y ahora le ha llegado el turno a Ferrari. No es fácil y ahora en Maranello se busca una fórmula de no agresión que beneficie y no perjudique al equipo.